GUZ GUEVARA

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“FALTA MUCHO CAMINO Y NO VERÉ EL MUNDO QUE QUIERO CONSTRUIR Y POR EL QUE TODOS LOS DÍAS JODO, PERO VOY A SEGUIR TRABAJANDO POR ÉL.”
Foto: iEve González | |Makeup: artpromakeup/ Nicole Saldaña | Styling: Ricci Fuentes | Producción: Roger SH

Guz Guevara, defensor de las personas que viven con discapacidad y LGBT+, conductor en Canal Once, conferencista, tallerista y promotor de los derechos humanos nos cuenta de sus últimos proyectos y de cuáles acciones considera necesarias, como sociedad, para combatir la discriminación.

Dixpa – ¿De dónde nace Inválido?

Guz GuevaraInválido surge en la pandemia de COVID: a mí me gusta mucho crear, siempre estoy explorando formatos de producción audiovisual, creando mis conferencias o creando contenido y dije “bueno, ¿Qué pasaría si hago música?” Yo no soy músico en absoluto y tampoco soy cantante. No tengo la técnica ni el conocimiento formal, pero creo que era algo que quería experimentar y que, la verdad, puedo decir que me ha dado mucho. Estoy por sacar el EP completo, pero ahorita ya han salido 3 sencillos y nos falta la última rolita, “Capacitista”. Lo he sentido como una experiencia muy poderosa, muy honesta y parece que tiene un gran camino por delante.

Dixpa – Veía que los títulos de las canciones son fuertes y no sólo para la banda hetero, sino para mucha banda de la comunidad que, de pronto, reacciona a esas palabras con preguntas como “¿Por qué dice eso?” ¿Tú qué piensas de incomodar? ¿Cuál es tu postura frente a eso?
Guz Guevara – Yo he aprendido que, cuando incomodas a alguien, es como si provocaras el inicio de un movimiento y, cuando alguien se mueve aunque sea poquito, las posibilidades para el cambio crecen. Ahora imagina si incomodas a muchas personas

He aprendido que hay que
incomodar, pero con los
argumentos correctos, con
la información adecuada y
con la preparación
personal necesaria—

y haces que todas esas personas se muevan: estarías cambiando una parte de la maquinaria social, ¿no? He aprendido que hay que incomodar, pero con los argumentos correctos, con la información adecuada y con la preparación personal necesaria. Y no me refiero a un tema académico, aunque también es importante, sino más bien a uno emocional o espiritual. Tienes que saber hasta dónde te expones sin vulnerar ni dañar ni tu integridad ni la de otras personas.

Dixpa – Hablando de vulnerar, la “g” de la Comunidad LGBT+ tiene todavía mucho trabajo por delante, particularmente entre los sis gay: blancos, mamados y que perpetúan montones de tipos de discriminación.

La pregunta que me surge de esto es: para ti, ¿Desde dónde tendríamos que deconstruir, que abordar, que plantear todo lo que pasa con la “g” en la Comunidad?

Guz Guevara – Justo ayer platicaba con un amigo sobre este tema y es una cosa complicada. Entre más desaprendes, te cuestionas o reestructuras, te das cuenta de todas las violencias que seguimos replicando los hombres gays con acciones sumamente patriarcales y cuestionables. Creo llegamos a un punto donde ciertas cosas son incuestionables y confiamos en ellas sólo porque sí. Y va: es una realidad que hemos recibido muchas violencias desde el exterior, ¿no? Y esas violencias son clarísimas, son históricas y son irrefutables, pero creo que vivir en esa dinámica que nos coloca como víctimas todo el tiempo nos ha hecho creer o ha invisibilizado que también hay violencias replicadas entre nosotros mismos y que ejercemos sobre otras poblaciones. Ayer, bromeando, dije que era “la insoportabilidad de los hombres gays” y hay muchas veces donde somos insoportables y no nos cuestionamos nada, replicamos violencias y creemos que está bien, basando todo nuestro discurso y nuestro entendimiento en cuerpos, en penes, en agresiones.

Dixpa – En ese sentido, entre los hombres gays, como en la sociedad en general, muchas veces se determina lo que podemos y lo que no podemos hacer con base en nuestras características físicas. ¿Tú cómo enfrentas eso? ¿Cómo lo combates?

Guz Guevara – Creo que, de este ejercicio, hay ejemplos claros y recientes. Hace poco acaba de ocurrir: Michelle Rodríguez fue  portada en una publicación con mucho alcance, con mucho reconocimiento y, justamente, con una línea editorial muy hegemónica donde estaban acostumbrados a un tipo de cuerpo y un tipo de estética. Y hoy, antes de entrar a esta sesión y al shooting y a todo lo que hicimos padrísimo, yo subí a redes que he aprendido que hay que incomodar, pero con los argumentos correctos, con la información adecuada y con la preparación personal necesaria ya quería ver a la gente atacarse cuando vieran mi cuerpo gordo y no hegemónico en unas fotos de moda, con stylist, y que aparecerán en una publicación como Dixpa todavía ni salían las fotos y ya había una respuesta negativa. Ya hubo burlas, ya hubo ofensas, ya hubo agresiones. Por eso es tan importante el simple hecho de estar y mostrar ciertos cuerpos: en lo personal, hace años tomé la decisión de que iba a mostrar mi cuerpo para que le llegara a otros, a otras, a otres. No sé si lo vaya a hacer toda la vida, pero aún tengo la misma determinación que en ese momento y seguiré haciéndolo el tiempo que pueda. Ya cuando mi integridad corra peligro o no pueda soportar esto emocionalmente, me bajaré del barco.

Dixpa – ¿Dónde encuentras tu safe space para recobrar la energía de estar luchando?

Guz Guevara – Todas las personas tenemos que tener un espacio verdaderamente seguro, donde seas mucho más de lo que proyectes: más que quien eres en tu trabajo o quien sube fotos y demás a redes sociales. Y ese espacio seguro lo encuentras con la gente que te ama por quien eres, no tanto por lo que llegas a representar. Es muy diferente que la gente te quiera y te admire por tu esencia: eso se agradece con el alma y es algo muy bonito porque involucra lo que haces sentir a otras personas desde lo individual, lo inmediato, por las historias que han creado contigo y que le permite a otras personas conocer tu humanidad. En mi caso, es bien extraño porque la gente a la que más amo es con quien nunca discuto lo que pasa en mi vida profesional o en el activismo, no porque no importe sino porque es una parte de mi vida que está en otros contextos. A lo mejor lo pasamos por encima, pero hablamos de cosas más internas, mucho más personales, y creo que eso es bien importante, sobre todo para los activismos. Si no tenemos eso, explotamos. Le ha pasado a compañeres activistas a quienes he visto caer, rendirse, no poder más y su necesidad de recarga es de lo más humana y necesaria que podríamos imaginar.

Dixpa – La sociedad mexicana perpetúa muchas ideas clasistas y racistas desde la conquista hasta nuestros días, lo que trae consecuencias y discursos capacitistas y homofóbicos: ¿Desde dónde o cómo consideras que se puede transformar la conversación que rodea a las personas con discapacidad y cuál tendría que ser el cambio en las narrativas establecidas?

Guz Guevara – Lo que pasa es que a muchas personas con discapacidad nunca se les ha enseñado otra realidad ni nunca la han vivido. Nuestros entornos son discapacitantes y hacen creer a las personas con discapacidad que no pueden vivir de otra manera, lo que genera una forma de capacitismo interiorizado: “yo no me creo capaz de…”, “yo no me creo merecedor de…” y pasa mucho más entre personas que nacemos con alguna discapacidad. Es un caso bien distinto cuando se desarrolla una afectación: en esas circunstancias se viven otras condiciones, otras realidades, otros privilegios antes de adquirir tu discapacidad y, entonces, si te fijas, muchas veces son las personas con discapacidades adquiridas quienes más participan en los discursos públicos, quienes más buscan legitimar otras formas de derechos, pero la discapacidad no sólo se adquiere: también se nace con ella. Habemus muchos, muchas, muches con discapacidad y eso también implica otro entendimiento y el atravesar infancias, adolescencias, pubertades erigidas sobre ideas capacitistas. Romper con eso es complicado, por decir lo menos, porque todo el entorno te cuestiona cuando buscas otras soluciones y te dice “¿cómo vas a hacer eso? ¿Cómo crees que eso va a pasar?” Falta mucho camino y no me va a tocar el mundo que quiero construir y por el que todos los días estoy jodiendo, pero voy a seguir trabajando por él. A lo mejor en 50 años vea materializada una parte de aquello por lo que tanto luché. Los esfuerzos deben hacerse y necesitamos tener una conversación a la vez y hablar del capacitismo, de varios microcapacitismos que nos atraviesan, hablar de cómo hay otras luchas que, pese a tener muchas perspectivas de género no tienen una perspectiva de discapacidad. Esto pasa con temas raciales, temas queer, en fin, y siguen recriminando y replicando violencias capacitistas de las que ni se dan cuenta. No tienes idea de la cantidad de activistas que quiero y admiro y que, a veces, sacan cada publicación o discurso donde sólo digo “ay, creo que…aún falta mucho”.

Dixpa – Ahorita que lo mencionas, siento que mucha banda no termina de cachar, y me incluyo, ¿Qué es el capacitismo? ¿Hasta dónde llegan estas microviolencias capacitistas?

Guz Guevara – Yo no soy un diccionario ni una enciclopedia, cabe aclarar. Yo te diría que el capacitismo es un sistema ideológico de creencias sociales, culturales y económicas que coloca a las personas que vivimos con discapacidad y diversidad funcional en una posición de inferioridad frente a quienes no las viven.

Un microcapacitismo es
colocar a una persona con
discapacidad como sujeto de
inspiración y decirle “wow,
eres increíble, eres mágico”,
cuando no: sólo soy un
chavo que trabaja, estudia,
coge, duerme, caga y busca
hacer todo lo que necesita. —

Al ponernos en esta posición somos menos merecedores a “n” cantidad de cosas como derechos, oportunidades, accesos o espacios. El sustento de esta idea surge de que hay cuerpos que funcionan mejor que otros o lo hacen de manera ideal, pero parten de que el cuerpo tiene una funcionalidad óptima. Por ejemplo, que todos los cuerpos son bípedos y caminan perfectamente con dos extremidades, que son las dos piernas, pero es mentira: existen cuerpos, como el mío, que no son bípedos y eso no nos resta valor ni nos resta importancia. Parte de esta creencia de normofuncionalidad está en ideas como “entras en la norma si tu organismo funciona con dos ojos, si tienes una vista con cierto rango, si escuchas con cierta nitidez”. A las personas que no funcionamos conforme a estos modelos ideales nos consideran personas con discapacidad o diversidad funcional y, por ende, somos merecedoras y capaces de menos.

¿Y de dónde o cómo sucede el microcapacitismo? Pues un micro capacitismo es que me veas por la calle y me quieras dar limosna por existir. Me pasó ayer: estaba esperando un auto y llega un señor y me da dinero y yo sí pensé “¿Cómo? ¿Por? No, muchas gracias, no estoy pidiendo dinero”. Otro sería si te sorprendieras porque te digo que vivo solo, soy autónomo e independiente o me preguntaras “¿Pero cómo lo haces? ¿Cómo es eso posible?” Un microcapacitismo es sorprenderte porque mantengo relaciones sexoafectivas y, además, soy homosexual. Son ideas que cuestionan los espacios en los cuales puede desarrollarse una persona con discapacidad o que limita los lugares a los que puede acceder. Me han preguntado “n” cantidad de veces en muchos lugares: conciertos, lugares de entretenimiento, lugares de esparcimiento, centros nocturnos, parques de diversiones, “¿Qué haces aquí? ¿A qué vienes?” Pues a lo mismo que tú, wey.

Dixpa- Y en nuestros usos culturales del lenguaje se reproducen una cantidad de estos capacitismos al punto que ya ni nos damos cuenta.

Guz Guevara – ¡Uy, sí! El cieguito, el angelito, en fin. Un microcapacitismo es colocar a una persona con discapacidad como sujeto de inspiración y decirle “wow, eres increíble, eres mágico”, cuando no: sólo soy un chavo que trabaja, estudia, coge, duerme, caga y busca hacer todo lo que necesita. Como tú. Eso no me hace mágico ni angelical ni increíble. Sólo soy una persona y muchas veces no estamos preparados para esta conversación. Ni en México ni en el mundo se está preparado para que una persona con discapacidad te diga “wey, no te vengo a llenar con inspiración ni ánimos ni nada. Yo no soy ningún modelo a seguir ni un gurú ni nada. Deja de creer que vengo aquí a ser un ejemplo.” No lo soy.

Dixpa – ¿Qué le dirías hoy a los jóvenes con discapacidad que forman parte de la Comunidad LGBT+?

Guz Guevara – Híjole… es que ni siquiera creo que pudiera decirles mucho. Sería muy privilegiado echarles algo como “yo les invito a mi fiesta. Vean qué bonito se la puede pasar ustedes también”. Yo creo que les diría que habemos más personas como ustedes que vivimos esa lucha, ese rechazo, esa discriminación y que no son la únicas personas que lo están atravesando. Que siempre ayuda juntarse con pares o buscar a alguien con quien se identifiquen. Acompañarnos siempre ayuda, nos reconforta y nos alienta. Yo creo que más que invitarlos a algo o exhortarlos a hacer algo dentro del medio, sólo les pediría… acompañarse. Y que si no encuentran con quien, pues escríbanme: si está en mis manos la posibilidad de hacerlo, claro que sí podemos acompañarnos.

Dixpa – ¿Algo con lo que quisieras cerrar?

Guz Guevara- Ojalá que se abran más espacios como el que se conquistó en Canal Once y ojalá que otros medios de entretenimiento abrieran las puertas como debería ser, con una mirada anticapacitista y dignificante, para las personas con discapacidad. Me muero de ganas de ver ese día, ya libres del cripwashing, que es cuando generas una acción para simular que estás incluyendo o que no estás siendo capacitista, cuando en realidad lo haces sólo por la foto o por cumplir tu “cuota”. Yo invitaría a que hagamos las cosas de una mejor manera porque yo sé que por algo se empieza: sé que son momentos, ni siquiera pasos, y empecemos a vivir con una mirada más crítica y más consciente que no sólo busque estar de moda ni simular o aparentar. Siempre me gusta recordar una frase que se le atribuye a Sócrates que dice “esfuérzate por ser lo que deseas parecer”. Cuando haces algo, no necesitas aparentar, sobre todo porque ya te convertiste en eso.