Emilia es el relato nunca contado de Emilia Bassano, la primera poeta de lengua inglesa del Renacimiento y cuya obra se publicó en una época donde las mujeres tenían prohibido escribir, cantar y, simplemente, decidir y ser ellas mismas. Escrita por la dramaturga inglesa Morgan Lloyd Malcolm y ganadora del premio británico Lawrence Olivier por Mejor comedia y Entretenimiento en 2020, llega a México gracias a la traducción de Martha Herrera Lasso, la dirección de Mariana Hartasánchez y la producción de María Inés Olmedo, así como un elenco compuesto por mujeres tan diversas en cuanto a entornos actorales y étnicos como lo son Aída López, Amorita Rasgado y Lucía Uribe. Con un pie en el siglo XVII y el otro en el 2023, Emilia narra de forma atrevida, poderosa, desafiante y divertidísima la que ha sido la historia de miles de mujeres. La obra, de la mano con MIO PROJECTS, explora la potencia expansiva que tuvo la lírica de Bassano y, mediante el movimiento y la voz, se convierte en un manifiesto contemporáneo que reivindica el poder del testimonio y la importancia de lo cotidiano. Sostenida por un argumento fresco e ingenioso, es también una propuesta escénica liviana, donde autocensurarse está prohibido.
Aída López
Emilia es una obra que tiene como base la historia nunca contada de Emilia Bassano, quien nació en 1569, y fue la primera poeta inglesa que publicó su obra con su debido reconocimiento autoral. La vida profesional de Bassano es casi un milagro porque, además de ser mujer, era una persona que desarrolló su obra dentro de una sociedad hegemónicamente blanca y discriminativa. En aquel entonces, las mujeres ni siquiera podían leer y Bassano fue capaz de publicar textos a los que se les calificó de subversivos porque hablaban directamente a las mujeres, diciéndoles cuáles tratos de la sociedad no debían tolerarse.
Dixpa – ¿Cómo ha cambiado tu forma de ver el mundo a través de esta conciencia con perspectiva de género?
Vale más una buena
acción que mil
hashtags o el
colgarte de una
marcha, una fecha o
cualquier noticia
-Aída López—
Aída López – No importa cuántos hashtags pongas en tus redes sociales, no importa cuántos discursos digas sobre una palestra o cuántas entrevistas des con respecto al feminismo: eso no tiene la menor importancia si no lo acompañas con acciones. Hay que actuar y hacer algo bueno por cualquier mujer que te encuentres en el día: darle ánimos, ver en qué le ayudas, preguntar ¿Cómo estás?, dar un abrazo cálido, crear una red de apoyo. Vale más una buena acción que mil hashtags o el colgarte de una marcha, una fecha o cualquier noticia. Eso mismo es importante dentro de la industria del entretenimiento, pero ya metidos en materia se necesitan ciertas reflexiones sobre cuáles contenidos son los que verdaderamente importan, así éstos no siempre correspondan con lo que la gente quiere comprar o consumir. A menudo hay creadores que tienen un discurso extraordinariamente apasionado, interesante y creativo, pero la gente no lo consume. Hay que buscar la manera de atender el gusto de la gente con la creación de buenos contenidos, buenas producciones y, así, obtener buenos resultados.
Lucía Uribe
Dixpa – Tú, Lucía, representas el contrapunto de Emilia Bassano en esta obra. ¿Cuál fue tu experiencia encarnando a Shakespeare? ¿Por qué consideras que es importante explorar estas diferencias haciendo uso de figuras históricas?
Los feminismos, en lo
personal, me han permitido poner en tela
de juicio opresiones
que antes parecían
normales y que, como
sociedad, callábamos
sin muchos problemas
aunque fueran actos
de violencia súper
claros.
-Lucía Uribe—
Lucía Uribe – Sí, sí fue una locura interpretar a Shakespeare porque es un personaje con toda la carga cultural del mundo y, al día de hoy, sigue cambiando: todavía algunas personas e investigaciones cuestionan si en verdad fue quien creemos o todo se construyó como un mito. Yo soy fan de su trabajo porque es extraordinario, profundo, ligero y él era un genio: a mí me encantó hacer un papel con un registro y una mística tan única. Otra cosa que amé del proceso de nuestra obra fue ver cómo se rescata el valor histórico de una escritora poco reconocida en la actualidad y no sólo eso, sino que se puede contrastar con el caso de Shakespeare: ambas personas se dedicaron al mismo oficio, pero para Emilia hubo muchísimas más dificultades en el camino por el solo hecho de ser mujer. Eso es algo con lo que todavía podemos sentirnos identificadas al enfrentarnos con las trabas, el rechazo y los impedimentos que la sociedad nos impone sólo porque no acepta nuestras capacidades ni nuestros esfuerzos personales para ser quienes realmente somos. Por fortuna, muchas cosas han cambiado recientemente gracias a nuevos movimientos como los feminismos: en lo personal, éstos me han permitido poner en tela de juicio opresiones que antes parecían normales y que, como sociedad, callábamos sin muchos problemas aunque fueran actos de violencia súper claros. Cosas como el acoso, los micromachismos, los roles impuestos, los estándares de belleza como tener un cuerpo flaco, el no ser grosera, en fin. El feminismo me ha dado un respiro y la posibilidad de nombrar y enfrentar lo que no me gusta, porque incluso si esa confrontación no va a generar cambios inmediatos, debemos hacerla. En la esfera cultural es un alivio ver lo que yo antes no podía imaginarme siquiera como una realidad y eso, como en el caso de Emilia, casi siempre se ilustra con el tipo de personajes que fueron considerados radicales para su época. Cada que un texto decide explorar estas diferencias y hace el ejercicio de juntarlas en un mismo espacio, eso dota a la industria del entretenimiento con una responsabilidad muy particular porque tienen en sus manos el poder para pintar a los personajes desde lo convencional o desde lugares muy distintos. Por esa razón es que, durante décadas, vimos a hombres tener todo bajo control y a mujeres delicadas, cuya principal aspiración era la de casarse o tener un tipo de cuerpo en particular.
Amorita Rasgado
Dixpa – En tu caso, Amorita, ¿Por qué dirías que es relevante continuar con la producción y montaje de obras como Emilia?
Creo que el camino
para el cambio, sí o
sí, necesita de pasos
que se den sin pensar
en lo que hay alrededor
-Amorita Rasgado—
Amorita Rasgado – Yo creo que el camino del entretenimiento, poquito a poquito, ha tenido una mayor apertura. Más en estos tiempos donde siempre hay muchas discusiones paralelas rodeando al quehacer y las realidades que habitamos las mujeres. Creo que el camino para el cambio, sí o sí, necesita de pasos que se den sin pensar en lo que hay alrededor. Hasta Bassano misma hablaba de que el cambio comienza en ideas como la valentía y la seguridad de que de repente descubrimos en las luchas sociales y las voces que llegan para decirnos “por ahí no es” o “mejor vámonos para acá”. Yo siento que esta historia de Emilia Bassano tiene una de esas voces. Además, las voces feministas nos dan una libertad y un transitar diferente, donde entendemos que no recorremos la vida en solitario ni hay sólo una mujer buscando esos cambios: hay muchas y podemos apoyarnos. Ese cambio de perspectiva también le hace falta a la industria del entretenimiento para lograr igualdad de género y la creación de personajes más diversos. El proyecto de Emilia es muy interesante porque juntó a un mundo de mujeres distintas que nos integramos al proyecto y yo siento que eso es una prueba para decir “todas cabemos en donde sea”. En ese sentido, y gracias a los muchos años que llevo haciendo esto, puedo decirte que sólo se pueden abrir nuevos espacios para mujeres indígenas, mujeres afrodescendientes, mujeres de todos los colores y sabores si se parte del apoyo mutuo. Sólo así podrán crearse equipos creativos, actorales, musicales o de otros tipos que visibilicen el trabajo hecho por mujeres.
Emilia invita al público a romper con los estereotipos de representación, mostrando y celebrando un universo femenino diverso: algo mucho más real y que se aleja de como lo imponen o cuentan desde hace mucho. Emilia se presentará en el Teatro Helénico del 30 de marzo al 21 de mayo, los jueves y viernes a las 20:00 horas, los sábados a las 19:00 horas y los domingos a las 18:00 horas.