CUAUHTLI JIMÉNEZ

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CREO QUE EL MEDIO, COMO LA VIDA Y EL PAÍS, ESTÁ LLENO DE MUCHAS COSAS: RACISMO, CLASISMO,GORDOFOBIA, MACHISMO. COSAS QUE ES NECESARIO TENER PRESENTES PARATRATAR DE CAMBIAR LAS NARRATIVAS.
Por: Mago Reyes | Foto: iEve González | Makeup: artpromakeup/ Nancy GC | Styling: Ricci Fuentes| Producción: Roger SH

El actor Cuauthli Jiménez nos regala algunas de las ideas que una vida profesional tan fructífera como la suya le ha dejado hasta el momento, así como las reflexiones que ha obtenido a través de algunos momentos de su trayectoria, misma que incluye la más reciente película del director Luis Estrada.

Dixpa – ¿Cómo fue la experiencia de participar en ¡Que viva México! y hacer a Jacinta?

Cuauhtli Jiménez – Al final, me quedó una reflexión muy ácida, muy negra, sobre la familia mexicana y, en ese sentido, creo que muchas personas van a sentirse aludidas en pantalla. Luis es un director que siempre pone temas muy difíciles sobre la mesa con sus historias y sus películas y, ésta en particular, trata esas relaciones entre familia, el cómo funcionan y cómo se maneja la envidia no sólo ahí dentro, sino hasta como mexicanos y qué tanto estamos dispuestos a hacer en respuesta. Refleja, también, cómo se da este vicio que siempre se habla de los cangrejos en la cubeta a partir de una historia satírica, con un humor muy fuerte, que no dejará indiferente a nadie. Disfruté mucho hacer al personaje de la Jacinta porque tiene un arco muy bonito dentro de la historia y tiene su propia problemática con el Lupe, su pareja, y tiene momentos tanto divertidos como amargos.

Dixpa – ¿De qué forma contrastas o vives la experiencia tan distinta del proceso de construir a Jacinta y el momento en el que ya la ves en pantalla?

Cuauhtli Jiménez – Es muy curioso porque, justo, es un personaje que está lleno con sentido del humor, coquetería, cinismo y descaro y usa todo esto para moverse con más ligereza por la vida. Eso está muy presente en las dos primeras escenas, sobre todo, pero conforme la historia se tuerce y avanza hasta volverse casi una pesadilla, las cosas se van al traste. Valoré mucho el resultado de este cambio donde hay una Jacinta muy luminosa que, después, reacciona para volverse otra. Al final, es ese tipo de conflicto lo que genera interés por las historias y los personajes.

Dixpa – En los últimos años viene fortaleciéndose cada vez más esta conciencia colectiva alrededor del racismo y tanto tú como otros actores han denunciado los momentos donde se lo topan para no quitar la conversación de la mesa. ¿De qué manera ha cambiado tu forma de entender el mundo gracias a este proceso?

Cuauhtli Jiménez – Formé parte de un colectivo llamado Poder Prieto, aunque ya no soy parte de él desde hace casi un año, del cual respeto muchos de los puntos que señala como organización. Obviamente, creo que el medio, como la vida y el país, por decir algo, está lleno de muchas cosas: racismo, clasismo, gordofobia, machismo. Cosas que es necesario tener presentes para tratar de cambiar las narrativas. Diría que el diálogo y los procesos de aprendizaje me han regalado un sentido de conciencia y observación más aguda de todos estos fenómenos.

Dixpa – ¿Qué historias te gustaría ver producidas, ahora que hablamos de cambiar las narrativas?

Cuauhtli Jiménez – Diría que historias cada vez más diversas, pero no me atrevería a decir “éste tiene que ser el tipo de historias contadas en México” porque hay tantas cabezas y tantos puntos de vista que las posibilidades son muy, muy ricas en cuanto a propuestas. Lo que sí creo, y es algo que han mencionado otros actores, es que tiende a haber una repetición de los temas usados para las películas y también una repetición en la manera de contar cada historia. De pronto aparecen proyectos interesantes como Huesera, que es una película mexicana, que refrescan el género al que pertenecen y la mirada y las posibilidades con las cuales se graba. Por proyectos así es por los que debemos apelar cada vez más y por eso me gustó mucho la oportunidad de colaborar con alguien como Luis Estrada, porque el tono con que él pone los temas en pantalla es muy único.

Dixpa – Has hecho, hasta ahora, dos representaciones de personajes pertenecientes a la comunidad trans. ¿Qué reflexiones necesita hacer la industria, particularmente, sobre la comunidad trans?

Cuauhtli Jiménez – No me atrevería a decir cuáles son las reflexiones que se necesitan porque eso depende y concierne a otras voces. Sí creo que como actor e intérprete de estos dos personajes que mencionas, especialmente con el primero, el de Amaranta en la película Finlandia, es importante respetar los registros propios de cada persona y su expresión sexogenérica. Con Amaranta me tocó explorar la identidad muxe, que no pertenece ni se parece propiamente al concepto más occidental o contemporáneo de la identidad trans.

Ese detalle me permitió explorar la idea de que la inclusión y la diversidad no son necesariamente conceptos occidentales ni modernos, sino que, en este ejemplo, las culturas originarias zapotecas ya tenían integrada, desde antes de llegados los españoles, la idea de inclusión y diversidad. Eso se nota hasta en las variaciones del lenguaje que muestra la película, donde existe una voz y una forma para nombrar lo masculino, lo femenino y una tercera categoría que nombra a aquello o a quienes no se identifican con ninguna de las dos primeras voces. En el caso de la Jacinta, para ¡Que viva México!, creo que es necesario recordar que hay una diversidad impresionante de expresiones para la identidad trans y, en este caso, existen personas usando ciertas herramientas en sus discursos como el humor, la coquetería o el descaro para sobrevivir en entornos que casi nunca son amables ni inclusivos. Un ejemplo mediático muy claro, del cual soy fan, son Las Perdidas: que usan su sentido del humor para ponerse por encima de lo que muchas veces, en redes sociales, les dicen a manera de insultos o ataques y terminan dándole la vuelta a una situación desagradable. Diría que ahí hay algo muy mexicano.

Dixpa – ¿Qué le dirías, al día de hoy, al pequeño Cuauhtli que creció en Tabasco?

Cuauhtli Jiménez – Híjole. Le diría que el mundo está cambiando: muchas veces para bien y otras no tanto, pero hoy en día se han vuelto válidas todas las expresiones de género, de identidad, de maneras de amar, de expresarse, de maneras de hacer arte y cultura y, dentro de eso, tenemos cabida todos.