Dixpa – ¿Cuál es tu nombre y a qué te dedicas?
Rodolfo Zarco – Mi nombre es Rodolfo Octavio Zarco López, pero artísticamente sólo soy Rodolfo Zarco. Me dedico a actuar, bailar, a cantar, jugar videojuegos, a nadar. A vivir, ¿no? Disfrutando lo más que se pueda.
Dixpa – Para ti, ¿qué es actuar?
Rodolfo Zarco- Actuar es una elección. Es una decisión. Es un estado del ser. William Shakespeare lo dice bastante bien con su monólogo de “ser o no ser”, en Hamlet, pero sí: actuar es ser algo incierto, algo que depende de la ficción que te toque, de la ficción que vayas a elegir. Para mí, actuar es una elección de vida.
Dixpa – Por ejemplo, en torno a esta elección de vida, para ti que ya tienes un camino recorrido, si pudieras señalar una dificultad constante que has encontrado a lo largo del tiempo: ¿cuál sería?
Rodolfo Zarco- Parte de lo que pienso justo ahorita son las palabras: casting hecho es casting olvidado. Es difícil, pero también es un proceso aplicable a la vida y a infinidad de proyectos. Se hace en los restaurantes, en el trabajo, en la vida amorosa. Existen esos procesos de selección por todos lados. Actualmente, yo participo en un proyecto de improvisación y en la impro hay que fluir, hay que ser, estar, hay que escuchar y ceder si alguien tiene una mejor idea que la mía. A veces las decisiones y los resultados no son míos: de otra manera, yo me quedo en todo todas las veces. Casi siempre esa última palabra depende de las necesidades de cada proyecto, de si necesitan a otro actor, si les parece mejor otro perfil o lo que sea. No clavarse en eso es de los procesos más duros, pero más necesarios no sólo hablando de mí mismo, sino del proceso artístico en general: yo estoy en un momento donde busco oportunidades que satisfagan no sólo mi necesidad, sino que también me gusten y me den gozo.
Dixpa – Cuando te llega un personaje como Mauricio, ¿cómo equilibras tus perspectivas personales, tus vivencias, con las del personaje?
Rodolfo Zarco- Es que, justo, eso me regresa a la pregunta de qué es actuar: se trata de decidir si voy a ser Mauricio o no. Y en esa decisión está todo. Cabe ahí el estilo de vida, el estrato socioeconómico, el entorno y, cuando trabajas en cine, me gusta mucho esta posibilidad de ser llevado ahí, al campo de batalla. Es una creación con más registro, más compleja en tanto que el medio puede ayudarme a compartir más referentes con la audiencia, a volver más tridimensional cada representación. En el caso de Mauricio, bueno, hay muchos frentes que quiero que la gente aborde más por el entendimiento, por la empatía y menos por el juicio, aunque imagino lo difícil de esa tarea.
Dixpa – Algo que me parece interesante de Contra las cuerdas es que hay dinámicas de opresión que van jugando un papel en la historia. ¿Cuál fue tu experiencia o qué te llevas después de formar parte de ellas en esta historia?
Rodolfo Zarco- Primero, algo bonito de la serie es que Netflix se arriesgó al buscar talento nuevo. Recuerdo que, cuando llegué a escuchar del proyecto, ni siquiera soñaba ni imaginaba que terminaría haciendo casting para la serie. Fue sólo otra coincidencia entre muchas donde terminas enterándote de los movimientos y castings y demás en la industria: supe que querían a ciertos star talents y cada consumidor podrá tener su opinión al respecto, pero hablamos de personas a quienes las productoras buscan porque son caras conocidas. El problema, de pronto, era que resultaban incoherentes estas propuestas para la historia de Contra las cuerdas. Dentro del universo ficcional era algo que no funcionaba y el hecho de que Netflix dijera “quiero a esta persona por su talento, perfil, por cómo encaja” y todo, híjole: eso se agradece como creadores y artistas. Eso dio pie a que existiera esta historia tan diferente, tan distante de esas otras que, muchas veces, nos enseñaron las telenovelas sobre ricos contra pobres o del amor romántico más establecido desde hace muchas generaciones. Más allá de las etiquetas, me parece increíble explorar el universo de una delegación como Iztapalapa porque nos muestra otra cosa sí o sí.
Dixpa – Para ti, ¿por qué es importante contar estas otras historias?
Rodolfo Zarco- Es importante porque hay un momento donde, por el mismo sistema de ideas y economía donde vivimos, podemos salirnos de nosotros mismos, podemos dejar de estar ensimismados y empezar a ver otros universos. Hacer eso nos permite dar pasos hacia la empatía, hacia crear otras narrativas donde no sólo hay riquezas y privilegios o donde se alcance a crear nuevos matices: una de las series más vistas en HBO es Succession, donde hay, sí, un grupo de personas super privilegiadas, pero que también enfrenta conflictos. No hay etiquetas que puedan definirnos realmente, sino sólo situaciones que cada ser humano enfrenta y dentro de las cuales se toman decisiones: ese es el verdadero origen de todas las historias.
Dixpa – ¿Qué le dirías al pequeño Rodolfo que tenía ganas de actuar?
Rodolfo Zarco- Le diría que nunca deje de jugar. La vida es un juego y también lo es el arte. Que se tome las cosas tan en serio y siga soñando, que no deje ir a Batman ni a Spiderman ni a nadie que lo inspire porque el teatro necesita de eso. Eso le diría.