JOSHUA OKAMOTO

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Uno como actor tiene que aprovechar las plataformas que se le presentan para abrirse paso hasta llegar al lugar donde el discurso y las narrativas cambian hasta volverse otra cosa.
Foto: iEve González | MUA: artpromakeup/Nicole Saldaña | Styling: Ricci Fuentes | Producción: Roger SH

Dixpa – En la revista nos gusta creer que le damos al menos un poquito de espacio a nuevos actores. Para un lector que aún no ha tenido la oportunidad de conocer tu trabajo, dime: ¿quién es o qué podemos esperar de Joshua Okamoto?

Joshua Okamoto – Digamos que soy un histrión. Soy de Guadalajara y me vine a la Ciudad de México desde hace 8 o 9 años para poder profesionalizarme y profundizar en la carrera de la actuación. Esta ciudad me ha recibido con los brazos abiertos y yo no tengo más que gratitud hacia ella y todas las personas de a pie y de la industria a quienes tengo el gusto de conocer. Pero también es una realidad que me vi en cierta necesidad de mudarme para acá porque todo en el país está muy centralizado y éste es su centro de gravedad. Creo que para ser actor o dedicarte a algún arte no siempre es necesario estar aquí, pero yo sí me doy cuenta de que aceleró mi maduración actoral y me dio más contactos.

Dixpa – Sí, la situación en el país se extiende a todas las industrias, desde la literatura, el cine y hasta la actuación. ¿Cómo crees que se podrían abrir más estos campos artísticos en el resto de México? ¿Qué diferencias hay entre el medio que dejaste en Guadalajara y el que hallaste en la Ciudad de México?

Joshua Okamoto – Creo que es un tema muy ligado a temas de política, definitivamente. La posibilidad de descentralizar los sistemas tendría que venir como una iniciativa del gobierno para repartir todas sus partes en diferentes áreas de México, lo mismo que para crear y fomentar nuevas políticas de cultura que funcionen para cada estado. Siento que eso nos vendría bastante bastante bien a todos los artistas de todas las áreas, sobre todo porque beneficiaría a mucho talento que no siempre tiene la oportunidad de venirse a probar suerte. Hay muchos estados con una riqueza cultural tremenda, como Veracruz, por ejemplo, que a mi me parece una sede chidisima, pero Guadalajara también tiene muchas cosas y al sur, como en Chiapas, sucede lo mismo, pero hacen falta políticas que habiliten y dignifiquen las actividades de las agendas culturales en cada estado.

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Dixpa – Además de está centralización, también muchas veces las oportunidades de exposición están reducidas porque se busca una y otra vez un mismo prototipo físico no sólo en la Ciudad de México, sino también en los medios a nivel general y que suele ser al que se entrega la mayoría de los roles para cine y televisión. Contrario a eso, por ejemplo, con la salida de la película Wakanda Forever pudimos ver en la pantalla grande a nuestro querido Tenoch Huerta representando nuestra nacionalidad, nuestros rasgos y muchas alusiones culturales prehispánicas. ¿Crees que haya algún impacto en el cine nacional a partir de la representación que poco a poco nos llega desde otros países?

Joshua Okamoto – Yo espero que sí, sobre todo porque también, queramos o no, Estados Unidos marca muchas pautas en políticas de producción aquí en México. Que eso esté sucediendo primero por allá con una franquicia tan grande como Marvel, seguramente logrará crear un eco dentro de nuestra industria a nivel nacional. Estamos atravesando un momento que además de emocionante, va a permitir a gente muchísimo más diversa encontrar y aprovechar oportunidades de trabajo en producciones mexicanas. La verdad es que ver tanto a Tenoch como a Mabel sí es algo que me tiene contento, y todavía más porque también está otro compañero nacional llamado Josué Maychi. 

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Hacen falta políticas que habiliten y dignifiquen las actividades culturales en cada estado.

Dixpa – No sé si a nivel personal te identifiques con alguna comunidad, con una cierta postura política o lucha social a las que representes desde tu trinchera como actor, pero veo que en tus papeles hay un grado interesante de estereotipos y personajes más complejos. Te ha tocado abordar diferentes personalidades, diferentes contextos, pero ¿tú sientes que has combatido algún vicio de la industria a partir de tus oportunidades como actor?

Joshua Okamoto – Sobre todo creo que los inicios de mi carrera están formados por los estereotipos como el narcotraficante, el golpeador, el marginado, y es ahí donde me tocó gestar una gran parte de mi carrera. Si bien no creo que eso pase en toda mi filmografía, es verdad que mucho de mi esfuerzo inicial vive ahí: uno como actor tiene que aprovechar las plataformas que se le presentan para abrirse paso hasta llegar al lugar donde el discurso y las narrativas cambian hasta volverse otra cosa. En esta industria hay que empezar por algún lado y, al principio, muchas veces los estereotipos y las figuras ya conocidas son lo que te meten a la maquinaria del cine, son las puertas que se te abren y creo que hay que tomarlo como lo que es: un comienzo. Ya de ahí nos toca empujar la mirada de los productores, de la gente tras las cámaras hacia otras historias y otros horizontes. En el caso de Tenoch, por ejemplo, él hace muy bien su trabajo actoral, pero también le tocó cruzar un cierto camino donde actuó de narco, de limpiavidrios, de pandillero y me parece muy legítimo y admirable que ahora esté en donde está porque trae muy presente todo lo que le llevó hasta ahí. Hay algo admirable en luchar por el cambio de narrativas audiovisuales y eso siempre puede volverse un cambio muy chingón para quienes nos dedicamos a esto.

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Dixpa – Dentro de esto mismo que mencionas, muchas veces en contra nuestra, las producciones encasillan a muchísimos actores en algún estereotipo, en algún tipo de personaje o arquetipo y hasta las personas disidentes son representadas por gente blanca, heterosexual o con pasados problemáticos. Cada vez más voces piden que, al menos, los papeles diversos sean representados por miembros de esas mismas comunidades. ¿Qué opiniones tienes respecto a esto de que ciertos personajes se interpreten “sólo” por ciertas personas?

Joshua Okamoto – Siento que es un asunto delicado, por decir lo menos, y a mí me tocó vivirlo con el personaje del Fichas en Sexo, pudor y lágrimas 2. Él, en la película, pertenece a la comunidad LGBT+ y no vería mal que personajes como él o en otros espectros de esa comunidad sólo fueran interpretados por personas que también, desde lo personal, fueran parte de ella. Me parece un buen paso para seguir abriendo un abanico de representación muy necesario hoy en día, pero también siento que puede representar una cierta limitante para el trabajo actoral. Pienso que preferir únicamente una opción o la otra choca con las ideas del mundo interno de muchos actores porque no es sólo una reflexión íntima, sino que tiene ecos en discusiones sociales y políticas del momento histórico que vivimos. Siento que eso genera una conversación mucho más grande que no estamos teniendo sobre si lo personal es de carácter político o no, si podríamos tener una vida personal privada sin que eso afectara nuestras carreras profesionales, si nuestro trabajo como actores entonces ya no acercarnos al espectro de posibilidades humanas para representarlo más allá de cualquier condición personal, en fin. Es complejo, porque sí, claro que debería existir una primera invitación a que personas de la comunidad LGBT+ representen estas realidades de una manera fiel y honrosa, pero limitar el quehacer artístico sólo con base en quién sí se identifica con ciertas etiquetas creo que tampoco ayuda demasiado a abrir la conversación.

Dixpa – Acabas de dar el salto hacia la docencia de actuación, ¿Qué similitudes o qué diferencias encuentras entre estar enfrente de la pantalla y ahora estar enfrente de tus alumnos?

Joshua Okamoto – Para mí, dar clases ha sido una de las cosas más chidas de mi carrera porque la docencia me parece un lugar muy noble de nuestro quehacer. Sobre todo porque terminas participando en la formación de nuevas generaciones y a mí me interesa que no sólo tengan las herramientas básicas para afrontar un texto o una circunstancia dramática o ficcional, sino que también hago un esfuerzo para que sean actores y actrices con miradas críticas hacia esta sociedad, hacia ellos mismos y me gusta cómo en ese proceso largo de adquirir más conocimientos yo les puedo compartir lo que me enseñaron mis maestros mezclado con mi experiencia. 

Hay que empezar por algún lado, y al principio, los estereotipos son lo que te meten a la maquinaría del cine y hay que tomarlo como lo que es: Un comienzo.

Dixpa – Aparte de estas vertientes dentro la actuación y la docencia, también tienes experiencia en la dirección, ¿Cómo crees que abarcar todos estos frentes del cine ha modificado tu carrera o la manera en que concibes esta industria?

Joshua Okamoto – Sobre todo creo que a mí, Joshua, me ayuda a entenderme más como actor porque todas estas áreas me dicen algo nuevo del proceso de la ficción y la actuación y me ayudan a entender qué es lo que quiero para mi carrera, con qué proyectos me siento más afín, con qué narrativas, para quién actúo o por qué actúo. Son aprendizajes íntimos y personales que me han ayudado a encontrar una cierta filosofía como actor y, sobre todo, como artista. 

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Si uno le dedica tiempo a su quehacer, las cosas mejorarán “aunque sea” desde lo técnico. A lo que uno le presta mayor atención casi siempre es lo que más se ejercita.

 

Dixpa – ¿Qué le dirías a un joven Joshua que quiere ser actor y aún no llega a donde te encuentras?

Joshua Okamoto – Le diría que siga estudiando y que se aferre. Si bien hubo momentos difíciles que yo mismo provoqué, debo de confesar, como no hacerle caso a mis maestros al pie de la letra, creo que el trabajo te mueve del punto de inicio a otra parte. Decía una maestra mía, Karina Jímenez, que “el trabajo no traiciona” y esa es una frase que me parece muy bonita: si uno le dedica tiempo a su quehacer, las cosas mejorarán “aunque sea” desde lo técnico. A lo que uno le presta mayor atención casi siempre es lo que más se ejercita. El trabajo ha sido un gran compañero no sólo en esa área, sino que muchas de mis relaciones personales también están atravesadas por lo laboral, lo mismo que muchas de las cosas que soy hoy en día y surgieron de la actuación, que es algo que me atraviesa, me configura y me encanta.