SEBASTIÁN DANTE

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Todo se traduce en una reacción del cuerpo, toda patología, todo miedo, toda angustia, todo deseo se va a convertir en una cierta acción o signo en el cuerpo.
Foto: iEve González | MUAH artpromakeup/ Alexis Mora | Styling: Ricci Fuentes | Producción: Roger SH

 

Dixpa – Sebastián, ¿Cuál fue tu proceso de preparación para trabajar en la serie de El Rey?

Sebastián Dante – Fue algo muy interesante porque pude conocer un poco más a fondo a Vicente Fernández, a esta figura que fue tan importante para la música de nuestro país. El proceso de construir a un solo Vicente en sus diferentes facetas diría que tuvo algo de único porque los cuatro trabajamos al unísono con nuestros coaches, Mónica Jiménez e Iván Flores, para articular cada etapa sin que se perdiera la continuidad del personaje. Como la narrativa de la serie no es lineal ni sigue un orden cronológico, de alguna forma el espectador termina por encontrarse con la presencia de varios Vicentes y eso representó un gran reto porque teníamos que homogeneizar nuestras personalidades en una sola que, además, no diera esta sensación de que distintos actores llegaron al set con propuestas distintas de cómo representar sus papeles. Pasamos por un proceso de investigación donde leímos bastante la biografía de Vicente y también nos ayudó muchísimo tener a la mano el material audiovisual que existe en internet, DVD’s y demás que nos cuenta cómo era este artista en la vida real. Otro reto bien particular fue, sobre todo para Caleb, Sebastián García y yo, ponernos en el lugar de un Vicente Fernández que todavía no era el fenómeno mediático que casi todos recordamos.

Otra parte que no olvido fue cómo en el salón de ensayos donde trabajamos no sólo teníamos trabajo de mesa, que es este donde se discute de una forma muy racional todo el contexto del personaje, sino que también hicimos en grupo la exploración del cuerpo. Recuerdo muchísimos ejercicios donde, por ejemplo, caminábamos como Vicente: Caleb, en el primer capítulo, participa en una carrera contra un caballo y entonces terminas viendo a Vicente niño intentando ganarla, pero como todos éramos de la idea de compartir la mayor cantidad de experiencias, en cuanto corría Caleb nosotros íbamos detrás de él contra el caballo. O después tocaba el turno a Sebastián García y él vive una época muy difícil donde tiene que trabajar en muchos lugares distintos para llevar el sustento a la familia, a los padres y hermanos y el resto de Vicentes nos pusimos a hacer cosas en la obra, a cargar el material, los costales, a hacerle a la construcción o a limpiar los baños, que también es algo que a Sebastián le toca. Entonces, todas estas actividades físicas las replicamos los cuatro para que esa memoria emocional no sólo la tuviéramos presente a nivel intelectual, sino que la lleváramos en el cuerpo también. Fue un proceso donde pude conocer a grandes actores, pero que fue tan enriquecedor porque también fuimos grandes compañeros. Construir a Vicente para la serie de El Rey fue trabajo en equipo.

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Estudiar la mente humana permite profundizar el trabajo actoral de alguna forma.

Dixpa – ¿Me puedes platicar un poco sobre la conexión que haces entre el estudio de la mente humana y el teatro?

Sebastián Dante – Sí, sin duda el estudio de la mente humana a través de distintas metodologías de análisis nos ayuda un poco más a entender las motivaciones, los deseos y objetivos de los personajes. De cierta forma, hay una gran conexión entre la labor que tienen los profesionales dedicados a la mente humana, llámese psicólogos, psicoanalistas, psiquiatras, neurólogos, etc. y el trabajo de cualquier actor porque es fácil nutrirse de esas corrientes de estudio. Sirven como herramientas que nos ayudan a identificar o construir características de los personajes y, sin duda, conectan estos conocimientos y estudios con disciplinas como el teatro, la literatura u otras artes. Si pensamos en Freud, por ejemplo, más de cinco conceptos freudianos vienen del teatro, de tragedias o clásicos griegos.

Estudiar la mente humana permite profundizar el trabajo actoral de alguna forma: es un mecanismo que complementa bastante bien al teatro, la ficción, a películas, series y el resto del mundo audiovisual. Ahora tenemos tantas series y tanto contenido que muy seguramente nació o tomó vuelo gracias a estas preguntas. Porque no sólo hay bioseries de cantantes o gente famosa, sino también las hay de psicópatas, como Dahmer. Considero muy importante tener en cuenta al menos una noción de la mente humana en general y de cómo piensa el ser humano que nos toca ser frente a la cámara, cómo piensa la generación a la que pertenece, cómo cambian o cuáles son sus peleas internas o sociales. Pensando en Vicente Fernández, bueno, él perteneció a una generación totalmente alejada de la mía, entonces el ponerme en sus zapatos necesariamente me llevó un poco a imaginar o especular cómo pensaba su generación en los sesentas o cómo o qué pensaría Vicente para sí mismo dentro de su contexto histórico.

Dixpa – Haciendo un poco de lado tus proyectos de actuación, ¿Cómo cambió tu forma de entender el cuerpo a partir del trabajo que haces en la danza?

Sebastián Dante – Yo diría que tengo nociones artísticas o acrobáticas, pero para nada soy un bailarín. Aun así, esta posibilidad de estudiar el cuerpo humano con el cuerpo mismo también me ha permitido construir un poco de la identidad que tengo como actor. Según mi metodología o técnica personal, creo que el trabajo del cuerpo es otro elemento que sostiene el trabajo del actor: por un lado está la parte de la que hablábamos sobre la mente humana, pero todo se traduce en una reacción del cuerpo, toda patología, todo miedo, toda angustia, todo deseo se va a convertir en una cierta acción o signo en el cuerpo. Se volverá una reacción física ante algo psicológico. El trabajo del performer, que es como yo me llamaría, es muy importante a nivel personal: yo estudié teatro, soy egresado de la Escuela Nacional de Arte Teatral y bastante de la carga académica que teníamos en la escuela estaba relacionada con una corriente que daba mucha importancia al cuerpo. Yo estudié dos años con un maestro que se llama Bruno Berg, que fue alumno directo de Eugenio Barba, y tanto él como Barba se enfocan mucho en el trabajo y el estudio físico del actor como parte de su quehacer en el mundo del teatro. Y es verdad que ese adiestramiento ha servido de vía para conocer a mis personajes, para encontrar sus signos propios y modificar mi cuerpo de tal forma que se sincronice con eso. Cada personaje va a caminar distinto, a respirar distinto, cada personaje va a tener carencias o distintivos físicos específicos y todo eso se transmite en el movimiento durante la ficción.

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Dixpa – Y volviendo a la serie de El Rey, ¿Qué impacto tuvo en ti la serie?

Sebastián Dante – Yo recuerdo mucho de niño que a mi abuelo le gustaba muchísimo oír a Vicente Fernández: cada mañana ponía su música a todo volumen para despertar a la familia y casi siempre lo elegía. Para mí era muy divertida esta música y desarrollé una conexión muy grande con ella, aunque no la conocía del todo ni muy a fondo sino hasta ahora que tuve el privilegio de participar en su bioserie. Gracias a esto terminé aún más cautivado de lo que alguna vez me sentí en mi niñez porque, aparte de haber significado una oportunidad profesional, Vicente difundió la música de mariachi a nivel mundial hasta convertirse en un ídolo y un referente de la historia de nuestro país. Encima, le sumas de que es una persona que vino de abajo, que empezó su carrera a pesar y entre muchísimas carencias, que a lo largo de su vida enfrentó dificultades familiares, laborales y económicas, pero logró anteponerse a ellas y cumplir su sueño de ser cantante. Todo ese sacrificio y empuje que tuvo me parece muy admirable y creo que esta bien podría ser una historia aspiracional para cualquier mexicano o latinoamericano que, a pesar de sus circunstancias, logra superarlas e inspirarnos.

Dixpa – La resiliencia suele jugar un rol en la vida de los actores. Cuéntame: ¿Cómo la has vivido tú?

Sebastián Dante – Definitivamente: el concepto de resiliencia para quienes nos dedicamos al arte se traduce en una carrera de aguante, donde hay mucho rechazo, mucha crítica, mucha mirada reprobatoria y opinión ajena a la nuestra que no siempre tiene las mejores intenciones. Es un concepto que se vuelve muy importante porque, de alguna forma, nos recuerda la importancia de sobreponerse a las dificultades sin importar quién seas en el mundo. La resiliencia te permite crecer, te vuelve más fuerte, más maduro y ayuda a no quitar el dedo del renglón de tus intereses personales. Yo en muchos momentos de mi carrera he estado tentado a abandonarla por todo esto que te cuento: luego ni siquiera hay trabajo, pasas jornadas, espera eterna hasta conseguir una respuesta y en ese tiempo necesitas lo básico para vivir, pero a veces no tienes ni para la renta, a veces sí y bien puede ser que te vaya muy bien por un periodo de tiempo, pero a los dos meses ya es otra vez esperar. En esta carrera hay que tener paciencia. Yo me acuerdo que, justo antes de hacer la serie de Vicente, estaba a punto de dedicarme a otras cosas y para nada lo digo como un juicio o algo que esté mal si otra persona tomara esa decisión. Yo me he dedicado a muchas cosas en mi vida: he hecho oficios, he vendido comida para subsistir, pero actuar es mi profesión, es lo que mejor sé hacer y el hecho de construir resiliencia te permite crear más visión, más paciencia y es súper importante no olvidar eso.

Dixpa – También investigué que te has desarrollado mucho en el combate escénico: cuéntame un poco sobre esa disciplina y qué es lo que más disfrutas de hacerla.

Sebastián Dante – El combate escénico me gusta mucho desde pequeño. La primera vez que tuve un acercamiento a él fue porque trabajé en el musical de Peter Pan, en el 2011, dentro del Centro Cultural Telmex con Lolita Cortés como Peter Pan, Adrián Uribe como Capitán Garfio y un elenco increíble. En ese entonces, yo me acerqué a maestros increíbles que eran quienes tenían la Escuela Mexicana de Combate Escénico: para mí se sentía como un juego a mis 15 años y el hecho de ponerme a pelear de una forma coreografiada resultaba muy llamativo. Yo era de esos niños que les encantaba jugar con espadas y demás y bueno: empecé a tomar talleres, cursos y después, en la carrera, tuve dos años de clases de combate escénico. Me gustó muchísimo entrarle porque para lo audiovisual también era bastante necesario ¿no?, el saber cómo trucar un golpe o saber cómo “disparar” son herramientas que tienes que tener dominadas si te dedicas a la actuación. A ti te dicen “tienes que montar a caballo y saltar y dar tres disparos para terminar peleando con una navaja a muerte con tu otro compañero” y tener algunas o todas esas herramientas amplía tus posibilidades como actor, pero no sólo es el combate sino que debes saber hacer todo: cantar, bailar, pelear, montar, andar en moto, tienes que saber un montón de cosas para que en cada casting sea más y más posible hacer match con el personaje. Y a pesar de no ser stunt ni tener muchas escenas de acción, yo las he actuado frente a la cámara y es bien padre tener la sensación de que puedes lograr algo que no cualquiera tiene en sus posibilidades, aunque claro: siempre con toda la responsabilidad y todos los cuidados posibles.

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A veces las cosas no salen como esperamos, pero…después si seguimos luchando, a lo mejor se acercan un poquito más a ese ideal.

Dixpa – En otras entrevistas que has tenido escuché que desarrollaste un vínculo muy especial con Regina Pavón, quien interpreta a Cuquita en El Rey, ¿crees que esa buena relación quedó plasmada en pantalla?

Sebastián Dante – Completamente. Algo que para mí es muy importante cuando trabajo con alguien es conectar y tener una relación de respeto, amor y trabajo entre iguales y por eso mismo logré conectar de forma tan especial con Regina. Hicimos un equipo, a mi parecer, hermoso que no sólo vive en la pantalla sino que también está detrás de ella. Somos amigos increíbles y, si me lo preguntas, en las escenas que tengo con Regina veo una cierta complicidad y un amor profundo. Hay un grado de dificultad bien específico en estar enamorado para una ficción, pero en El Rey hay un resultado que sí se debe muchísimo a la buena relación que pudimos construir Regina y yo.

Dixpa – Por último, ¿Qué le dirías o qué consejo le darías al pequeño Sebastián que apenas comienza a estudiar teatro?

Sebastián Dante – ¡Qué bonito! Le diría… bueno, qué fuerte. Le diría que… que luche y no se canse… que habrá muchos “no”, que enfrentará muchos rechazos, pero que también habrá experiencias increíbles… que haga todo lo posible por imprimir todo su esfuerzo en el trabajo que haga y las cosas que le gustan hacer porque eso traerá buenos resultados y buenas recompensas. Le diría que confíe, que se divierta, que sea feliz y disfrute: que, a veces, las cosas no salen como esperamos pero… después, si seguimos luchando, a lo mejor se acercan un poquito más a ese ideal. Que no se rinda.

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