D – Los feminismos han puesto sobre la mesa temas necesarios para nuestras vidas, ¿de qué forma impactó esto en la construcción del personaje de Marina?
IB – Creo que está totalmente influenciada por estos temas. Mi trabajo lo hice, primero, descubriendo a la Marina más humana, a la mujer que se parecía a mí, pero también busqué mucho el porqué de sus acciones, sus razonamientos y me di cuenta de que viene mucho del contexto social donde vivía, al igual que por su condición como mujer en un mundo donde se le discrimina, se le trata como objeto, donde pueden hasta venderla y donde es difícil transitar sin problemas. No sólo se trata de dos mundos fundados en el machismo, como sucedía en los contextos prehispánicos y europeos, ni tampoco de abordar estos hechos desde dos concepciones diferentes de lo que es una mujer o lo que se consideraba “correcto”. Sentí la obligación de rescatar y reivindicar la figura de la Malinche porque, a través de la historia, los juicios en torno a ella han sido muy duros, muy sesgados por el machismo y siempre se le ha considerado como la acompañante de Hernán, la mujer de y no una persona independiente que participó activamente en la política ni como alguien cuyas decisiones fueron tan importantes al grado que marcaron la historia de nuestro país. Fue una mujer brillante que debe ser reconocida, cuyas acciones pueden debatirse desde muchos ángulos aparte de su papel como concubina de este conquistador.
D – Dices haber encontrado un espacio donde te identificaste con Marina, ¿crees que el ser mujer ha representado un reto para ti en este mundo del entretenimiento?
IB – Sí, ser mujer de primera instancia en este mundo ya es complicado y cada carrera tiene sus pormenores. Creo que, afortunadamente, la lucha feminista trajo muchos cambios importantes y siento que me tocó un híbrido de cómo era antes y cómo se va transformando después: cuando empecé, era muy chiquita y no tenía mucha idea del medio, muchas violencias estaban normalizadas y atravesaban ideas y conceptos de lo que era ser mujer. Conforme fui creciendo y el movimiento feminista avanzó, el medio ha cambiado y ha hecho que tomemos conciencia y volteemos a ver lo que estuvo mal desde un principio, aunque fuera algo común. He oído a varias compañeras hablando del acoso que vivieron o cómo enfrentaron ciertos comentarios inapropiados, pero ya no nos quedamos calladas y lo enfrentamos. Debido a esto, también es verdad que los mismos hombres se contienen, pero es más porque ellos no quieren problemas más que realmente estar trabajando en crear o cultivar una conciencia, aunque no es el caso de todos tampoco. Hay mucha diversidad en esta lucha y creo que sí ha cambiado el panorama. Afortunadamente, por ejemplo, recientemente en la Flor más bella reunió a un grupo muy sensible, muy humano, con muchas mujeres que te confortaban, te alentaban, que hacían valer sus derechos y eso es un impulso y un ejemplo que agradezco y llevo mucho en mi corazón: me sanó de muchas maneras también, tanto personalmente como laboralmente.