Dixpa- En la película compartes créditos con Gabriela de la Garza, Rocío Verdejo, Tania López, Ligia Uriarte, Susana Alexander, César Rodríguez, Italivi Orozco, Luis Orozco, Rubén Blanco, entre otros. ¿Cómo fue trabajar con este equipo?
Ana González Bello- La película está cargada de poder femenino, pues además de que su directora es mujer, el filme está lleno de talento listo para hacer reír al público. Creo que mi personaje, Claudia, y yo tenemos una visión de la vida similar, donde caminas con esta vibra como entre buena onda y torpe, donde no pensando mal de la gente, y ya cuando te encuentras con la gente mala onda te pasmas y no sabes qué hacer. Este papel está escrito con una vibra muy bonita y me fue fácil identificarme con ella aunque no tengamos las mismas experiencias de vida. Las vocales cuenta la historia de una madre soltera que logra que su hijo sea aceptado en una de las mejores escuelas de la ciudad. Ella no es tan fresa ni tan rica como las demás mamás, sino que es más desmadrosa y honesta y no se preocupa por las apariencias del mundo fifí. Allí se encuentra con un grupo de madres perfectas que se dedican a hacerle la vida imposible y creo que, al final, refleja una parte de la competitividad que se fomenta entre mujeres y que puede convertirse en violencia sin darnos cuenta.
Dixpa- ¿Cuál fue tu acercamiento como actriz para darle vida a Claudia?
Ana González Bello- Tengo la fortuna de que muchas amigas mías son mamás y también rasqué de mi propia experiencia con mi mamá. Fue muy simpático hablar con amigas y preguntarles “oigan, la duda más grande que tengo es ¿Cómo le hablan a sus hijos?” Porque, por un lado, yo decía, bueno, claro, una mamá es dulce, tierna y luminosa, pero mis amigas me respondieron “no, o sea, mis hijos son la ratita uno y la ratita dos. Les digo éste, enano, hamburguesín” y eso me dio muchísima risa. Al comenzar el camino de esta película me pareció que Claudia y Chuyin también tenían esa dinámica, entonces lo abordé por ahí. Pero también es verdad que los dos la viven con muchísima comunicación, con risas entre mamá e hijo que les permiten llevarse muy bien. Además, creo que Claudia es una mujer capaz de pedir perdón cuando se da cuenta de que metió la pata. Ese fue un aprendizaje que me quedó con este papel. Y, bueno, sí enloquece y se deja llevar en algún momento, pero es capaz de ponerle pausa a la situación, de entender que las cosas no van por ahí y de hacer algo que es bien difícil que es pedir perdón. Me parece que reconocer cuando la cagaste y dar la cara ante la gente a la cual lastimas es un acto de compasión y cariño súper grande. Las vocales habla mucho del amor materno, pero también del amor propio, el amor entre amigas, el amor entre mujeres y de las redes de apoyo que deben existir. Son las cosas más maravillosas del mundo, aunque también haya competencia entre las mamás de la película: eso es parte de la comedia porque, justo, es una competencia media fársica. Un poco como para evidenciar lo que ya no queremos, como decir “es chistoso porque es ridículo”. Ya no estamos para andar discriminando a la gente por cómo se ve o cuánto dinero tiene o por su orientación sexual.