Luis Roberto Guzmán en el teatro con Por la punta de la nariz… ganó la presidencia

Es reconfortante el hecho de sentir que cuento, únicamente, con el tiempo encapsulado en cada proyecto

Foto: iEve González | Styling: Moi Calderon | Grooming: Nicole Saldaña | Producción: Roger SH

Mariana Celis – ⁠En tu carrera has hecho televisión, cine y teatro. ¿Qué te da el escenario que no encuentras en otros formatos?

Luis Roberto Guzmán  El escenario me conecta con quien realmente soy. Me recuerda mis aciertos y mis desaciertos. Es de los únicos grandes espacios donde un “error” puede ser un gran hallazgo. No hay mayor complicidad que la que brinda la comunicación entre escenario, actores y audiencia. El escenario es un lugar en donde me siento vulnerablemente vivo. 

MC  ⁠Regresas al teatro después de 9 años distanciado. ¿Qué aprendizajes personales y profesionales te dejó esta pausa?

Luis Roberto GuzmánPausar siempre ha sido parte de mi código. He tenido pausas gratamente favorables y aprovechables, la verdad. Aunque también, durante estos últimos años, las pausas también me enfrentaron contra la frustración, con lidiar con los “no” y me pusieron cara a cara conmigo mismo: fueron años en los que dudé mucho de mí mismo y de mi trabajo, pero donde también pude sanar ciertas heridas y me reencontré con algo de la alegría que acompaña el no tomarme las cosas tan en serio y reír más. 

MC – ¿Sientes que eres un actor distinto al que se subió al escenario por última vez hace casi una década?

Luis Roberto GuzmánEn parte, sí. Son 9 años más de experiencias vividas en los que he sumado estímulos al disco duro, tanto mental como emocional. Sin embargo, a pesar de toda la madurez que haya podido cultivar, no hay nada que pueda ni podrá cambiar al niño-actor-juguetón que yo llevo dentro y que se divierte al participar en representaciones de historias y mundos imaginarios.

MC Regresas con la obra Por la punta de la nariz. ¿Qué te atrajo de esta historia y del personaje que interpretas?

Luis Roberto GuzmánPor la punta de la nariz es un viaje que apenas comienza y del cual estamos disfrutando maravillosamente. Cuando terminé de leer la historia, ya estaba en mi línea de pensamiento esta premura de: “ya quiero hacer algo con esto”. Inmediatamente, me enamoré de lo que leí y, con solo visualizarme en escena, dialogando con mi compañero de tablas, sentí un subidón considerable. Sumado a eso, el enfrentar la representación de una mente psiquiátrica sí me volvió algo loco (risas).

MC ¿Cómo describirías la dinámica entre tu personaje y el que interpreta tu compañero, Roberto Sosa?

Luis Roberto Guzmán – Es un juego entre dos mentes brillantes, educadas en dos universos distintos: un mundo científico y un mundo político. Además, estamos ante el enfrentamiento de dos narcisistas, donde uno se reconoce como tal gracias a su educación profesional en psiquiatría, mientras que el otro apenas se está descubriendo, pero ya tiene una idea vaga de quién es. Este intercambio entre dos personas se siente como si enfrentaras preguntas contra respuestas durante hora y media, mientras pasas por una montaña rusa emocional y física en busca de respuestas. Es una chinga espectacular.

MC – ¿Hubo alguna escena que te exigiera salir completamente de tu zona de confort?

Luis Roberto Guzmán Yo diría que la obra en sí, el género comedia, la visión del director y el proceso creativo han conformado un viaje extraordinariamente novedoso para mí. Además, mi gran compañero Roberto Sosa y yo estamos de acuerdo con que la escena 12 fue un parto, dada la similitud y la ambigüedad que nace del conjunto de preguntas capciosas y respuestas. 

 

MC -⁠ ⁠¿Qué te impulsa hoy a seguir actuando? ¿Ha cambiado esa motivación con los años?

Luis Roberto Guzmán Me impulsa el querer sentirme vivo. Es reconfortante el hecho de sentir que cuento, únicamente, con el tiempo encapsulado en cada proyecto. Eso es lo que me lleva a vivir aquí y ahora con cada vuelta de página. Actúo porque me fascina mirar, vibrar y sentir a mis compañeros y compañeras. Sigo en el arte de la interpretación porque me fascina seguir curioseando, sorprendiéndome e investigando para vivir realidades paralelas que, inevitablemente, aportan algo valioso a mi aprendizaje de vida. Agradezco el regalo de hacer lo que yo más amo de la mano de nuestro director, Benjamín Cann, cuidado, además, por nuestro productor, Morris Gilbert, y teniendo el deleite de disfrutar a Roberto Sosa como cómplice en esta aventura.