Valiendo Madres de Amazon Prime: El colapso como narrativa
Foto: iEve González | Styling: Viko Navarro | Asist. Styling: Sofía Romo | muah: TMC México | Producción: Roger SH
Nelly Zava – Nos gustaría empezar con una presentación. ¿Nos podrías decir quién eres y a qué te dedicas?
Lidia San José – Mi nombre es Lidia San José y soy actriz e historiadora. Diría que mi principal faceta está en la actuación, pero también hago divulgación cultural.

Nelly Zava – Hablando de estos proyectos que tienes actualmente, sobre todo de Valiendo Madres, ¿qué representa para ti la idea de maternidad?
Lidia San José – Bueno, en principio, yo no soy madre. Entonces, hablar en primera persona me parece un tanto pretencioso: aun así, por lo que tengo a mi alrededor en cuanto a mis amigas o a situaciones de maternidad de terceras personas, creo que es una experiencia y un mundo mucho más duro del que nos venden y que, hasta que no lo vives, realmente no puedes conocer la realidad de cómo es. Es una situación peculiar, vaya, y muy específica. Además, hay muchos tipos de maternidad y estos incluyen tanto a las mujeres que lo desean y lo hacen en conjunto con su pareja tradicional en una familia nuclear, como también a las mamás que guían y cuidan en soltería o situaciones adversas.
Nelly Zava – Sí, totalmente. ¿Nos puedes contar un poco el cómo dialoga tu personaje, justamente, con todas estas maternidades que le rodean?
Lidia San José – Lo maravilloso de esta serie, para mí, es que habla de diversas maternidades y no tiene una perspectiva edulcorada, sino que muestra la realidad de la maternidad. En mi caso, a mi personaje no le gusta ser mamá y terminó siéndolo sin que fuera algo planeado. Se arrepiente en muchas ocasiones y, si volviera en el tiempo, seguramente no sería madre una segunda vez, pero ojo: eso no quiere decir que no quiera a su hijo. Ella le adora, pero esta vivencia no es lo que ella esperaba.
Nelly Zava – ¿Alguna vez sentiste que interpretar a tu personaje fue una forma de hacer, hasta cierto punto, una especie de catarsis? Ya sea como hija, como mujer e, incluso, como posible madre.
Lidia San José – Para mí, más bien, representar a Sole fue la oportunidad para darle imagen y sensaciones a algo que ya les ocurre a muchas de mis amigas. Es este tipo de mamá que representa a la mayoría de mis amigas, o sea, a mujeres que, en general, no tienen una representación fiel. Son mamás a las que les habían vendido una historia irreal y que, en lugar de eso, muy pronto descubrieron toda la complejidad que viene con los roles maternos.

Nelly Zava – ¿Cómo puedes resignificar el concepto o la percepción sobre los cuidados? Cómo los transformarías, por ejemplo, en una fuente de poder y no solo de desgaste.
Lidia San José – Ahora que dices eso, yo acabo de publicar un libro donde, en el capítulo de arquitectura sanitaria, la introducción empieza hablando de esto: la antropóloga Margaret Mead es un referente dentro de la antropología y, cuando le preguntaron cuál fue el primer signo de civilización, todo mundo esperaba que dijera “las ollas de barro” o “los petroglifos”, pero ella respondió “un fémur fracturado y curado”. Para ella, el hecho de cuidar a nuestros congéneres es lo que nos convierte en civilización y, por tanto, significa que este cuidado entre pares es lo primero que nos diferencia de los animales. Si no lo hiciéramos, bueno, otras criaturas o circunstancias se comerían o matarían a quienes no pudieran defenderse. Si alguien se rompe la pierna y nadie se dispone a cuidarle en mitad de la selva, pues, tenemos por seguro que la vida de esa persona no tiene un futuro muy largo. El problema de los cuidados es que es algo que ha estado, históricamente, relacionado con la mujer o ha sido una actividad sin remuneración o que es muy, muy mal pagada. Cuando abrieron las primeras carreras para mujeres universitarias, de hecho, casi todas estaban asociadas a los cuidados: medicina, enfermería, en fin. Eran los mismos ejercicios de cuidado que ya desde la época de las cavernas y anteriores al Homo sapiens se procuraban: el problema es que estas responsabilidades se comenzaron a asociar a las mujeres casi en un 100 % y se vieron, además, como un trabajo 24/7, sobre todo si eres madre. Sobra decir, o no, que ninguna parte de la experiencia de maternar está remunerada en un inicio y ninguna parte tiene un descanso definido e inamovible. Todo comienza desde que nace tu bebé y continúa hasta que te mueres: esas son las condiciones y debes aceptarlas, incluso si empiezas a maternar, como mi personaje, “por accidente”.

Nelly Zava – Justo, alrededor de todo esto que comentas, el movimiento feminista ha venido poniendo ciertos temas sobre la mesa y los ha puesto bajo una nueva luz. ¿Dirías que este nuevo enfoque ha cambiado algo para ti, a pesar de lo mucho que nos falta por recorrer como sociedad en cuanto a garantías y derechos?
Lidia San José – A ver, el feminismo existe desde antes de que se le pusiera ese nombre y, justo, estoy leyendo ahora un libro con respecto a eso, a la historia de las mujeres “olvidadas”, digamos, y te puedo decir que sí, vaya si hemos avanzado mucho en los últimos años. Cuando era pequeña, por ejemplo, no era consciente de las diferencias entre hombre y mujer y pensaba que podía hacer las mismas cosas y en el mismo nivel, pensando incluso, ya mayor, que podía cobrar exactamente lo mismo que cualquiera. Aun así, yo sigo reaprendiendo cosas: al final de cuentas, nos criamos en una sociedad patriarcal y machista, y estamos atravesando esta nueva época de cambio para todo el mundo, en la cual seguimos encontrando nuevas expresiones y buscando nuevos lenguajes que sean menos machistas. Cada vez se pelea más y más por dejar de asociar, por ejemplo, la belleza con las mujeres y el trabajo con los hombres. Todo está cambiando y seguimos volviéndonos más y más conscientes: como te digo, estamos reaprendiendo. Ahora ya es normal, por ejemplo, que las mujeres estemos incorporadas al mercado laboral: en otro tiempo, por decir algo, una serie como *Valiendo madres* hubiera sido imposible hace unos años. La sociedad no estaba lista para hablar de que la maternidad era algo indeseable o no tan bonito, porque eso significaba que no eras una buena mujer. O sea, como mujer, tenéis que ser diez veces más hábil cuando sales al mercado laboral y necesitas ser mejor profesional que los hombres, porque, si no, no te van a valorar y te lloverán críticas y juicios por cada error que cometas. Y encima de todo, también tienes que ser la mejor mamá, la mejor pareja y la mejor lo que quieras, pero ser todo es imposible. Es necesario romper con esos patrones y los estigmas de la perfección, sobre todo porque no se puede lograr. Entonces, bueno, sí creo que, poco a poco, la sociedad conjunta de hombres, mujeres y disidencias va reaprendiendo y acomodándose mejor para todas las partes. Son momentos complejos, sin duda, pero más que nada es porque podemos equivocarnos: a veces tengo actitudes o pensamientos machistas todavía, pero es por la sociedad en la que me he criado y por la historia que ya tengo. Nos queda muchísimo por delante, joder, y mientras haya un solo feminicidio o un solo acto de violencia, nos queda mucho pendiente.

Nelly Zava – ¿Qué le podrías decir a aquellas mujeres que alternan y accionan desde el enojo, el duelo, la precariedad o la resistencia?.
Lidia San José – Bueno, yo, por ejemplo, que no soy madre, no tengo las “credenciales” para hablar por todas. Dicho eso, algo que sí puedo decir a manera de algo general, es que lo que no se representa, no existe. Y aquello de lo que no se habla, tampoco. Por eso me parece tan necesario que empecemos a poner estos temas sobre la mesa: algo así como cuando yo era niña y en ninguna serie aparecían personas homosexuales o, si lo hacían, solo estaban ahí con la finalidad de acosar a la persona o estaban para hacerte reír. Sin embargo, al día de hoy está más normalizada esta inclusión y ya puedes encontrar series de personas gay o de lesbianas que cuentan la historia como protagonistas. Eso es lo que tiene que pasar cada vez más y más con las mujeres y es lo que está pasando con las madres. Para muchas, ser madre es una característica que ocupa gran parte de la vida, pero serlo y verse obligadas a tener que ser la mejor madre o soportar una situación económica precaria, son cosas distintas. Una realidad desatendida en las representaciones audiovisuales es, por ejemplo, que tener un hijo es algo muy caro y que pesa especialmente cuando le quieres dar la mejor educación o la mejor atención, o cuando quieres dedicarles un tiempo menos limitado. Desde mi pequeña parcela, lo único factible es trabajar por visibilizar todas estas realidades y asegurarles a las mujeres que no están solas y hay más como ellas.

Nelly Zava – Tras esta serie y con todo el bagaje que ahora tienes, ¿qué le podrías decir, por ejemplo, a tu mamá?
Lidia San José – Pobre de mi madre: a ella le tocó vivir la otra etapa, ¿sabes? Ahora que hablabas de avanzar con el feminismo, bueno: a ella le tocó ser esa madre abnegada que se dedica a vivir por y para otros sin pensar en ella, al menos desde el día en que nací yo y luego con el nacimiento de mi hermano. Ella tuvo que vivir situaciones donde tuvo poca o nula agencia, pero también me da gusto saber que ella ha cambiado y que esa realidad está cada vez menos y menos normalizada. Más que devolverle algo con la serie, yo siempre intento devolverle a mi madre lo que hizo por mí y le proporciono experiencias o cosas que disfrute, como llevármela de vacaciones o cumplirle algún gustillo.
Nelly Zava – Te agradezco mucho: no sé si, por último, tengas algún mensaje para los lectores y lectoras de DIXPA que quisieras compartir.
Lidia San José – Que vean la serie porque se van a sentir identificados de verdad, tanto hombres como mujeres, y podrán divertirse mucho. Es una serie muy redonda y es una comedia ligera con un tema que, creo, no se ha tratado o que pocas exploraciones ha tenido.