Mirreyes contra Godínez: los actores Alejandro de Marino, Daniel Tovar y Roberto Aguire reflexionan sobre la trilogía que marcó sus carreras

En esta primera parte de la conversación, Alejandro de Marino, Daniel Tovar y Roberto Aguire reflexionan sobre lo que significó para ellos formar parte de la franquicia Mirreyes contra Godínez. A través de tres películas y un especial, crecieron como actores y como personas, acompañándose en distintas etapas de sus vidas. Aquí nos cuentan cómo evolucionaron sus personajes y cómo vivieron este viaje que los llevó, literalmente, “del rollo a Las Vegas”.

Foto: iEve González | Styling: Malora LAB| Asist. Styling: Kenny Hipp | Grooming: Ibrahin Castillo, Denisse Millán |  Producción: Roger SH

MARIANA – ¿Qué representó para ustedes Mirreyes contra Godínez y cómo se sienten al decirle adiós a sus personajes después de tres entregas?

ALEJANDRO DE MARINO – Bueno, empiezo. En realidad, Mirreyes contra Godínez, pues creo que para todos nosotros representó, pues no exactamente, pero casi dentro de poco, una década de crecimiento. Empezamos en 2017 y hubo un largo camino recorrido con eso.

Evidentemente no teníamos ni idea de que eso iba a ser un proyecto que tuviera como esta larga vida. De hecho, son tres películas y el especial de Home Office que hicimos por Amazon, lo cual nos llevó a eso, pues a ir, pues al final, madurando de una manera o creciendo los personajes, a la par de que también nuestras vidas fueron tomando como que las evoluciones de cualquier actor.

Pero con la, creo que justo Mirreyes contra Godínez, hablando como de la vida Godín y de cómo hacen familia, pues al final logramos hacer casi, casi que una vida real de relacionarnos muchos años con el mismo equipo, cosa que no pasa mucho en la actuación. Siempre es como que giramos en diferentes proyectos y ves un rato a alguien y bye, y aquí es como que siempre, siempre, siempre nos vamos encontrando.

Así que, de tu pregunta, lo que yo no me creo es que esta sea la despedida.

ROBERTO AGUIRE – Wow. Y lo dice Ale de Marino, señores y señoras. Sí, yo creo que, o sea, lo que dice Ale es muy cierto. Es muy raro que en una película o en una serie tengas tanto tiempo con las mismas personas para convivir, para crear, para divertirse, para crear relaciones, para crear vínculos.

Y todos nosotros hemos compartido muchas etapas de nuestras vidas juntos. Desde 2017, yo no me había casado, yo no tenía hijos y ahora estoy casado, tengo tres hijos, y así cada quien tiene su propia historia que ha ido evolucionando.

Entonces ha sido hermoso poder acompañarnos a lo largo de estos años, tanto en la ficción como en la realidad. Y eso ha sido algo que yo creo que todos nos vamos a llevar en nuestros corazones. Si es que este es el último o si no.

DANIEL TOVAR – Sí, ahora que vimos justo, pues digo, creo que para todos nos cambió la carrera de alguna u otra forma estas películas, porque, pues, la primera justo no esperábamos el éxito que iba a tener.

Entonces siempre es como una reunión, pues sí, de familia. Y justo esta, pues sí se sintió diferente, porque, pues nada, pues sí, digo, ojalá hagamos más películas. Estaría increíble que sea un éxito y que nos volvamos a ver, como dice Ale de Marino, que no se la cree que esta sea la última.

Pero, pues sí, se siente como un cierre y es muy bonito, porque independientemente de si hacemos otra cosa después o no, pues sí se ha sentido como una etapa en la que nos hemos visto crecer.

MARIANA – Justo ustedes han crecido como personas y sus vidas han evolucionado. Pero ahora, en esta tercera entrega, ¿cómo han evolucionado sus personajes? ¿Qué nos vamos a poder encontrar con ellos en Las Vegas?

ALEJANDRO DE MARINO – Hace poco subieron una historia de la evolución del amor de Shimón y Nancy y está bien interesante verlo. O sea, cómo va como trepando eso.

Y una de las cosas que más me gusta es que cuando hicimos la uno, sentí que evidentemente los personajes estaban súper dibujados en un aspecto, como que el fresa, a huevo tenía que hablar como fresa, y el fresa judío, y como que todo estaba de alguna manera dibujado. Digo, en el buen sentido, o sea, bien hecho, pero dibujado.

Y creo que a mí, por ejemplo, personalmente hablando de Shimón, me encanta la posibilidad de como confiar en que ya está plasmada en la esencia ese personaje o el rol que tiene dentro de todo, pero también dentro de la relación, por ejemplo, con Nancy.

No sé qué opinen mis compañeros, pero creo como que esta necesidad constante de estar remarcando a qué bando pertenecemos pasó totalmente a un segundo plano y existe esa química que funciona solo cuando estamos interactuando desde los personajes en las diferentes escenas y situaciones.

Creo que todos sabríamos cómo se comportaría cada uno de los nuestros en diferentes escenarios, en diferentes países, con diferentes retos, y eso pasa a ser anecdótico. Y eso, para mí, es lo más interesante de evolucionar con ellos en un mismo proyecto muchos años.

ROBERTO AGUIRE – Sí, totalmente. Y creo que, añadiendo a eso, siento que en esta película algo que se explora, que no hemos visto antes, es la profundidad emocional de cada personaje.

Creo que en la uno se establecieron quiénes eran, en la dos se establecieron mucho los vínculos que tienen, y creo que en esta, en la tres, al público le va a tocar ver la parte humana, la esencia de cada personaje, porque tanto el guion como la película hacen un gran trabajo explorando la esencia humana y un poco la esencia emocional de cada uno.

Cómo hay tantas inseguridades, cómo hay tantos desafíos que lleva cada uno por dentro. Y siento que en esta peli nos toca ver cómo todas esas cosas salen a la luz y, justamente, el equipo que han formado, la banda que han formado, la familia que han formado, los ayuda individualmente a cada uno a poder crecer, a poder realizarse y a poder evolucionar, como lo dijo Ale.

DANIEL TOVAR – Sí, la verdad que todos los personajes, como que siento que justo si ves las tres películas, pues ves cómo van creciendo, y eso también ha sido divertido como actor, porque, pues, eso, digo, creo que pocas veces tienes la oportunidad de hacer una trilogía en el cine mexicano.

Hemos tenido la oportunidad de hacerlo y es bien divertido cómo van cambiando los personajes, porque sí, pues van creciendo, tienen otras inquietudes, otras cosas.

Y entonces, sí, justo si ves las películas, vas viendo cómo se van afianzando las relaciones, cómo van pasando los retos como en familia. Al final, pues eso son.

ROBERTO AGUIRE – También creo que hay que aplaudir mucho a los productores de esta franquicia, porque siento que no es fácil, como Dani bien lo dijo, llevar una trilogía en el cine mexicano o a nivel mundial. Que una película logre la vida que esto ha tenido es muy raro.

Y aquí sacamos la uno, luego el especial de Home Office y después la 2. En el Home Office, esa filmación fue una idea que se les ocurrió a los productores y al director cuando estábamos todos encerrados.

Entonces fue una cosa sumamente creativa. Fue, creo que, un desafío lograrlo, pero también fue un impulso de creatividad que al final del día lo ves en la pantalla y dices qué padre que se lanzaron a hacer eso.

Y creo que con esa misma emoción y con esas ganas de llevarlo al siguiente nivel, crearon esta de Las Vegas, porque llevar una película mexicana a Las Vegas es impresionante. Estamos hablando de un lugar donde filmaron The Hangover, donde filmaron Rain Man, o sea, un set enorme.

DANIEL TOVAR – La verdad es que sí, neta, los productores, aplauso para ellos porque han sido muy valientes en eso, en justo además querer terminar esta saga de películas con bombo y platillo y hacer una película gigantesca. O sea, sí hemos ido del rollo a Las Vegas.

ALEJANDRO DE MARINO – ¡Qué gran título, eh!

ROBERTO AGUIRE – ¡Qué gran título, del rollo a Las Vegas! Y no cualquiera lo puede decir, estamos muy contentos.

ALEJANDRO DE MARINO – Perdón, perdón, y además con todo, no sé si ya lo dijeron o no, perdón, pero con todo lo que hemos tenido que surfear para que cada proyecto fuera y naciera.

Ten en cuenta, Mariana, que llegar a toda esa evolución que acaba de resumir Daniel de una forma tan espectacular como “del rollo a Las Vegas”, me encantó, se lo robaré.

Claro, es que define todo lo que hemos atravesado en lo que se te ocurra. O sea, desde el sismo del 17, cuando íbamos a arrancar, todo lo que hubo que postergar después de lo del caso de Pablo Lyle, todo lo que pasó con la pandemia, el intento de recuperarla cuando habíamos pasado la pandemia… y bueno, se dice muy rápido, pero eso han sido universos muy grandes.

DANIEL TOVAR – Esto no fue fácil, y luego hacer Las Vegas fue también sumamente difícil, porque se tuvieron que coordinar las agendas de todos, porque, aparte, somos un cast grande.

Un poco esta película también nos ha traído mucha exposición, entonces, afortunadamente, nos ocupamos y estamos haciendo también otras cosas. Y eso ha sido padre.

Y, o sea, inclusive esta película no fue fácil. En algún momento, sacar las visas de trabajo en este clima político no fue sencillo, y la película ya se estaba atrasando.

De verdad, tantas cosas han pasado para que se pueda hacer esta película, y pues nada, la verdad es que sí, es muy bonito verla, y sí, qué nervio. O sea, creo que ahora es… Bueno, yo tengo mucho nervio, pues, de esta nervio, creo que del bueno, porque, pues, eso también siempre es una responsabilidad.

Pues están los estándares de las pasadas, y justo queremos que a la gente le vuelva a gustar y le vuelva a divertir como le divirtieron las películas anteriores.

Y sobre todo creo que eso, también después de COVID, la situación con la taquilla ha sido difícil en todo el mundo. Y que los productores volvieran a confiar para hacer un estreno grande en cines, hacer una apuesta tan grande como lo está haciendo… justo lo que dijo Alejandro: se sumaron marcas que, pues, bien podrían no sumarse, los distribuidores están muy contentos, los cines están muy contentos con la película.

Entonces, pues nada, esperemos que la gente también vaya a cines este 14 de agosto y que también salgan muy contentos de las salas.

MARIANA – Después de tres películas y un especial, ¿cómo creen que esta saga ha influido o puede llegar a influir en el panorama del cine mexicano?

ROBERTO AGUIRE – ¡Wow! ¡Qué gran pregunta, Mariana! Pues mira, yo creo que no se logra fácilmente ser la, creo que somos… La primera fue la quinta película más taquillera en la historia del cine mexicano. Entonces, llegar a ese nivel se dice fácil, pero no se logra fácilmente.

Y yo creo que, a raíz de esa película, hemos visto muchas dinámicas en el cine o en las historias que se cuentan, justamente que representan muchas de estas polaridades en la sociedad, siento.

Y también, si no me equivoco, me acaban de decir hace poco que el año que salió Mirreyes contra Godínez 1, la taquilla del cine mexicano le ganó a la taquilla del cine de Estados Unidos. No estoy seguro, pero me lo acaban de contar hace poco.

Entonces creo que el cine mexicano hoy en día es un cine de mucha calidad, con mucho talento y mucha creatividad. Y lo está viviendo México ahorita, y lo está viviendo el mundo. Creo que a nivel global se está reconociendo al cine mexicano como una potencia que está entrando, y eso está padrísimo.

Y eso creo que está trayendo más talento, creo que está elevando el nivel y la calidad de los proyectos que se están haciendo. Y francamente es muy padre poder ir al cine y verse representado como mexicano.

Siento que hay muchos proyectos extranjeros que están entrando, que también tienen su mérito y están muy padres, pero al final del día siempre va a ser ver una película extranjera. Entonces poder ir al cine mexicano y ver una representación de la sociedad, de cualquier parte de la sociedad, en este caso ver a dos bandas que conocemos muy bien, con las que interactuamos todos los días, con las que nos podemos identificar fácilmente, creo que es un sentimiento muy único, muy padre.

Entonces siento que es una gran apuesta al cine mexicano, y creo que el cine mexicano va a seguir creciendo, va a seguir evolucionando, y va a seguir siendo apoyado por un público mexicano que está exigiendo cosas muy, muy padres.

DANIEL TOVAR – Pues yo, la neta, creo que justo es padre, es una apuesta, se siente como una responsabilidad, porque nunca es fácil salir a cines.

Justo hay mucha competencia, ahora en verano, pues ahí estamos compitiendo contra grandes monstruos. Y, pues, nada, es padre poder estrenar algo en cines y ser parte de la historia del cine mexicano, con una película que a la gente le gusta y con la que se sintió representada.

Con la que vende, con Genarito, que es este güey cuadrado en la oficina que quiere salir adelante, y con situaciones en las que mucha gente en este país que va a la oficina todos los días se vio reflejada. Entonces creo que eso es un éxito ya en sí.

MARIANA – Hace rato Ale comentaba algo sobre que en la primera película están muy marcados los roles de quién es el fresa, quién es el trabajador, y todas estas situaciones. ¿Cómo creen que la comedia ayuda a cuestionar este tipo de estereotipos?

ALEJANDRO DE MARINO – Pues yo creo que la comedia hace que las cosas entren fácil, pero en realidad también permite que la gente piense que, como es comedia, pues es chiste. Eso ya dependerá de la inteligencia de cada espectador. Creo que hay gente que puede ver algo que te lleve tan profundo como quieras. Es como una vez me dijeron: “se aburren los aburridos”. O sea, si tú no eres aburrido, no te puedes aburrir. Y esto es lo mismo.

Es una película idiota para gente idiota, o es una película muy padre para gente padre, o es una película profunda para gente profunda. Quiero decir: cada uno espejea lo que quiere en lo que estamos haciendo. Perdón ahí la grosería, pero lo digo con la pasión, en realidad, de que en verdad esto al final lo completa el espectador. Hace clic con quien lo ve.

Y, por supuesto, yo prometo que este trabajo que hacemos lo puedo ver y puedo decir: “es una tontería”, o lo puedo ver y puedo decir: “es que está impresionantemente cierto, y es una gran reflexión de la necesidad que tenemos de identificarnos con una tribu, de ser de una determinada manera, de apasionarnos con esa manera”. Porque la verdad es que las personas que trabajan en oficina, y que son orgullosamente oficinistas, Godínez, son un mundo mucho más complejo que lo que se caricaturiza.

Y lo mismo pasa con los Mirreyes. O sea, uno puede decir: “los Mirreyes son el típico tontito hijo de papá y mamá que no sabe nada”, pero al final los dos mueven. De una u otra manera los dos mueven el mundo, los dos hacen que las cosas sucedan. Uno no podría sin el otro. Y creo que ahí está un poco como esa cuestión. Y por eso digo que, en realidad, hasta el proceso real de hacer estas películas a mí me deja esa enseñanza.

Me doy cuenta de la profundidad que tiene, porque si no fuera profunda, no hubiera cambiado nuestras vidas de una u otra manera. Y no todos los proyectos lo logran. Todos marcan algo, pero no todos terminan siendo tan trascendentes en el camino.

Y yo estoy seguro que Regina, con la carrera que tiene; Daniel Tovar, con la carrera que tiene; Roberto, Diana… o sea, cada quien con su carrera… no hay uno solo que no te pueda decir que este proyecto sí significa un punto grueso en su carrera, en el sentido que quieras. Sea porque le trajo más trabajo, sea porque le hizo un parteaguas en su vida, como era planteado de alguna manera.

Entonces, resumiendo un poco la respuesta (que ya se hizo un poco extensa), me parece que la comedia permite impactar a muchas más personas, porque esconde una gran verdad de una forma muy ágil para digerirse. Y creo que la única diferencia del impacto que tenga esa verdad que se está contando es el compromiso que tenga la gente y el sistema emocional y mental de cada persona. Por eso digo que, al final, la gente que dice “qué película basura”, pues tendrá razón, porque eso es para lo que da su cabeza. Y la gente que diga “qué gran película”, pues a lo mejor su cabeza se fue por un lado que también contempla el universo que estamos contando. O sea, todo es todo, pues.

DANIEL TOVAR – Sí, total, y la verdad es que justo lo que dice Ale de Marino, que creo que por eso ya no agrego mucho. Creo que es eso: la comedia justo es un vehículo para meter cosas de manera muy ágil, como que sin que te des cuenta.

Entonces, pues nada, creo que justo desde la primera película intentamos ser muy cuidadosos, porque sabíamos que estábamos trabajando con estereotipos. Y los estereotipos, pues vaya, son estereotipos porque pasan y son reales. Pero también intentamos ser muy cuidadosos en eso, y lo que queríamos reflejar era una comedia, no una comedia que fuera clasista. Justo desde la primera película se intentó marcar mucho eso: que era una cosa de “no es que…”, solo son mundos diferentes, que ven la vida de manera distinta por muchas situaciones de su vida, pero no tenía que ver con clasismo.

Cuidamos mucho eso, porque desde la primera película son dos universos que intentan convivir, y al hacerlo, el hecho de que vean las cosas de manera tan distinta, los Mirreyes y los Godínez, hace que ejecuten de manera radicalmente diferente. Y los dos, cada uno, aprende del otro universo. Eso siempre ha sido lo que termina pasando. Desde el principio de las películas está ahí: trabajen en equipo, pero no quieren, y cada quien lo quiere ver de una manera completamente ajena.

Y creo que eso es parte de lo divertido de esto. Por ejemplo, el personaje de Genaro con Mitch: a pesar de ver el mundo de manera radicalmente opuesta, tienen muchas cosas en común, y al final se aman y quieren estar juntos. Creo que eso es lo lindo también de estas películas. A mí me gusta mucho eso: que al final trabajan en equipo, y es sorprendente cómo, pues nada, tienen universos bien distintos.

ROBERTO AGUIRE – Sí, y yo creo que ese punto que dijo Dani también es muy importante. Aunque estos personajes estén basados en estereotipos, la película hace un gran trabajo cuidando que no sean juzgados en ningún momento, ni que sean una crítica.

Son verdaderos personajes que reflejan a una persona que está atravesando la vida con esa ropa puesta, esa personalidad, esa imagen y esa máscara ante el mundo. Creo que a veces, en las comedias, los personajes se ven muy juzgados por la película en sí, y una de las bellezas de esta franquicia es que en ningún momento se juzgó a un personaje.

Creo que por eso la gente pudo conectar con ellos. Son personajes llevados un tanto al extremo, tanto en características como en situaciones, pero la esencia del personaje es una persona verdadera, alguien que te podrías topar en la calle. Esa parte de esta comedia me fascina. Me encanta cómo se ha cuidado eso y creo que el público también lo siente, y por eso la franquicia ha tenido tanto éxito.

MARIANA – Bueno, nos estamos quedando sin tiempo. Entonces, ya nada más para terminar: ¿alguna anécdota que no superen del rodaje de esta última entrega en Las Vegas? Lo más divertido o quizás lo más caótico de grabar.

ALEJANDRO DE MARINO – Yo nada más podré decir que filmar en Las Vegas fue espectacular. Suena espectacular y también es demoledor. O sea, hay un lado B de filmar en Vegas, por lo menos en mi experiencia. Creo que Daniel y Roberto tuvieron muchos más llamados que yo. De alguna manera fui un poquito becado o gozoso de esa situación.

Pero la verdad es que, no sé si les pasaba, pero después de empezar un llamado a las dos de la mañana y terminarlo a las dos de la tarde, el hecho de decir: “bueno, ya, voy a refugiarme en el hotel y descansar” y darte cuenta de que estás en Vegas y que Vegas no para… y que hay un imán muy extraño que te jala a seguir dando vueltas en un mall para comprar algo que no necesitas, cuando en realidad lo que necesitas es dormir… ni modo. Creo que aquello que no puedo superar es más lo complejo de toda la experiencia, más que algo que haya pasado en una escena en específico.

Pero bueno, así puntual, también recuerdo que de pronto nos hemos quedado dormidos en plena escena: de que “¡acción!” y ya cuando te toca tu texto, abres el ojo… creo que eso son cosas que justo pasan en un rodaje tan intenso como filmar allá. Eso aportaría yo.

DANIEL TOVAR – Sí, yo creo que también. No sé si recuerdo alguna anécdota en especial, pero sí fue muy impresionante y, o sea, ahí me cayó el veinte.

Fue un día que estábamos filmando unos running shots en un coche que ya verás, que es un coche muy especial que tienen allá en Vegas, y estábamos ahí en viejo Vegas, muertos de frío, viendo todos esos letreros iluminados de Las Vegas, y yo decía: “¡Wow!”. Fue un momento de esos donde te cae el veinte y dices: “¿hasta dónde ha llegado esto, no?”. Algo que empezó así como…

ROBERTO AGUIRE – En el rollo.

DANIEL TOVAR – Justo, sí, en el rollo. Y neta como que decíamos: “bueno, a ver, neta no sabíamos hasta dónde”. Y sí se siente un viaje largo y padre. Fue de esos momentos en donde, pues nada, como que te cae el veinte y dices: “órale, estoy aquí”.

ROBERTO AGUIRE – Yo creo que coincido con lo que dicen Ale y Dani: estar filmando en Las Vegas se sintió surreal. Para mí, ver esa ciudad, ver Caesars Palace que nos abrió sus puertas y sus brazos y nos permitió filmar donde quisiéramos —bajo sus estrictos horarios, claro, porque ellos siguen haciendo su negocio, y nosotros éramos como una cosita de “qué padre, vengan”—. Pero nos trataron como reyes, nos dieron todo lo que les pedimos.

Sí me acuerdo de un momento cuando estábamos filmando una escena en el lobby de Caesars Palace y creo que era la primera escena que estábamos grabando en Las Vegas. Entramos, empezamos la escena y era ver ese espacio, ver ese set en el que estábamos, respirar y vivir como estos personajes. Fue como un sueño hecho realidad.

Y estábamos a punto de decir nuestro texto y, de repente, entra una mujer borracha a nuestra escena y se cae en la mitad. Me acuerdo de la cara de todos viendo a esa mujer en el piso y volteamos a ver al director, y el director no quería cortar. Los de seguridad no sabían qué hacer… entonces continuó la escena.

Y así fue filmar en Las Vegas: 24/7, todos viviendo su realidad y nosotros viviendo la nuestra en ese ámbito. Fue impactante, impresionante.

ALEJANDRO DE MARINO – Sí, recordarles que el 14 de agosto en todas las salas de cine de la República —o bueno, yo creo que en la mayoría— vamos a intentar recuperar al público mexicano llenando las salas. Creo que es una muy buena ocasión para hacerlo.