Erik Díaz

NOS LIMITAMOS UN MONTÓN EN LO QUE CREEMOS POSIBLE Y, HASTA QUE NO LO INTENTAS, NO TE DAS CUENTA DE QUÉ TANTO PUEDES LOGRAR

Foto: Roger SH | Styling: Manuel Delgado | Grooming: Nicole Saldaña | Backstage: Armando Barrera

Con una trayectoria que abarca desde la televisión hasta el cine, Erick Díaz ha enfrentado desafíos únicos como en La naranja mecánica y recientemente ha protagonizado La vida en gris. En esta entrevista, comparte sus aprendizajes en el mundo del entretenimiento, su pasión por contar historias y su visión sobre el cine mexicano. Además, nos habla de su incursión en la producción y su compromiso con impulsar la industria audiovisual en su natal Colima​.

 

Andrés Velasco – Me gustaría empezar preguntándote ¿quién eres y a qué te dedicas?

Erik Díaz – Mi nombre es Erik Díaz y soy actor.

AV – Sé que empezaste a estudiar actuación desde la infancia, pero me surge la duda de si, alguna vez, ¿pensaste en desarrollarte en un área diferente a la actuación?

ED – Sí, fíjate que primero empecé por estudiar educación: mis padres son maestros, entonces a mí me interesó la idea de también ser profesor y estudié el bachillerato en una escuela Normal de Educación. Sin embargo, me di cuenta de que no era necesariamente la rama ni el camino en donde me quería desarrollar, así que después intenté con Diseño Industrial a fin de desarrollar un poco mi creatividad. Por desgracia, tampoco terminó siendo lo que yo quería y, al final, la actuación terminó llegando a mi vida y a eso me dediqué.

Jacket: Lucio Moreno Polo: John Leopard

AV – Veo que estudiaste en el Centro de Educación Artística de Televisa. ¿Cómo fueron los comienzos de tu carrera y cuáles fueron tus primeros pasos en la televisión?

ED – El comienzo fue muy padre. Me encantó todo el proceso que tiene que ver con el desarrollo actoral y la creación de una personalidad más abierta y dispuesta a interpretar lo que venga. Mi primer paso profesional fue con una telenovela que se llamó Central de Abasto, en el 2008, producida por Federico Wilkins. De ahí, vino una novela producida por Rosy Ocampo, llamada Camaleones y ahí es donde yo me empecé a foguear en el mundo de la actuación: fue hasta entonces que empecé a descubrir qué era realmente lo que me gustaba y que había un futuro en ello. La práctica fue mi verdadera escuela, si te soy honesto, porque yo todavía no terminaba lo del CEA cuando ya estaba trabajando.

AV – ¿Cómo fue compartir la escuela con la actuación?

ED – Estuvo muy bien porque, por un lado, aprendía lo técnico y lo teórico en la escuela y, por el otro, lo aplicaba e iba afinando en el trabajo. Eso me ayudó mucho y siento que me dio tanto algunas ventajas como algunas desventajas en relación con otros compañeros: sobre todo pensándolo en términos teóricos, porque sí cosas que me perdí o en las que no pude profundizar con el acompañamiento que me hubiera gustado.

Traje: Fher Cousin

AV – Yéndonos sobre dificultades, veía que hace poco trabajaste en una de las nuevas adaptaciones de La Naranja Mecánica. ¿Con qué dificultades te enfrentaste al interpretar un papel en esta obra?

ED – La verdad sí es una de las obras más complicadas que me han tocado porque, además, ya en la puesta en escena interpretábamos a seis personajes cada quien. Esto la volvía una obra muy dinámica y, si conoces la película, sabes que es una obra intensa, donde te enfrentas de lleno y a lo largo y ancho del texto con la “ultraviolencia”. Vaya si fue un gran reto ese papel, pero también fue una de las cosas que yo más he disfrutado hacer en teatro y, al mismo tiempo, de las que más me han retado y exigido como actor y como persona.

AV – Justo, sobre la preparación que llevas para tus papeles, ¿qué proceso, o procesos, sigues al momento de diseñar tus propuestas?

ED – Para La Naranja Mecánica nos basamos mucho la novela original como en la película, además de que la versión y la visión del director buscaba hacer una síntesis de tres atmósferas diferentes para contarlo todo. Ahora bien, en general, siempre empiezo por leer el guión la mayor cantidad de veces que sean posibles para encontrar cuáles son las acciones concretas de mis personajes. Busco sus objetivos, sus miedos, sus rasgos distintivos y, después, empiezo a ensayarlos y a definir, con base en prueba y error, al personaje.

AV – También formaste parte del equipo creativo de El manual. ¿Cómo fue tu experiencia de este proceso, siendo que estuviste detrás de cámaras y frente a ellas?

ED – Creo que ese ha sido uno de los proyectos que más satisfacción me han dado, porque es una idea que surgió de nosotros. Empezamos a crear un guión, a escribir una historia y se la presentamos a Televisa: a ellos les gustó, la produjimos y la pudimos actuar. Para mí, es una de las cosas de las que más orgulloso siento y donde me di cuenta, también, de que el cielo es el límite. Muchas veces nos limitamos un montón en lo que creemos posible y, hasta que no lo intentas, no te das cuenta de qué tanto puedes lograr.

AV – ¿Cómo diste el salto de la televisión al cine?

ED – Cuando empecé a trabajar en la actuación había un pleito no hablado o no dicho entre los actores de televisión y los de cine. De alguna manera, para los que habíamos hecho novelas era más complejo que nos dieran la posibilidad de manifestarnos en producciones para cine. Entonces, empecé por hacer cine universitario y hacia allá dirigí la mayoría de mis audiciones: cada vez lograba más papeles y, gracias a ello, empecé a hacer otras películas hasta que, llegado un momento, terminé desarrollando mis propios proyectos.

AV – Entre tus proyectos más recientes, trabajaste en Noche de ficheros con Anabel Caso. ¿Cómo fue tu experiencia en ese rodaje?

ED – Anabel es una gran, gran directora, y no sé si ha tenido posibilidad de ver la película Trigal, por ejemplo, pero si aún no lo han hecho: véanla tan pronto como puedan. Anabel tiene una manera de trabajar y un sentido de la identidad tan distintivo que, en conjunto, hace que las historias se cuenten de una manera padrísima y muy apasionante.

AV – Siguiendo con tus papeles más recientes, ya tuviste la oportunidad de tu primer protagónico en La Vida en Gris. Considerando que el peso de una película suele caer en los hombros de quien la protagoniza, ¿qué tan diferente fue la experiencia de este rodaje en comparación con otros que has tenido?

ED – La verdad es que, mientras estoy trabajando, sí prefiero sacarme de la cabeza que una cosa u otra están sobre mis hombros y solo los míos. Yo prefiero solo enfocarme en trabajar y sacar adelante las órdenes del llamado. Además, para este guion, también una de las particularidades fue que el personaje pasaba por seis universos diferentes, entonces, para fines prácticos, terminé encarnando a seis personajes en uno. Aquí la experiencia de La Naranja Mecánica me vino fantástico, en especial porque ya tenía una manera de trabajar y armar a varios personajes dentro de un mismo proyecto. Otra ventaja vino del director, quien nos dio la posibilidad de entrar a cada uno sin brincos entre universos ni rompimientos entre un tratamiento y el otro. Ese cuidado por contener tantas diferencias en el espacio de un mismo largometraje fue una de las cosas que más me encantaron de La Vida en Gris y estoy muy feliz de cómo resultó.

AV – Mucho éxito con todo lo que venga gracias a esta cinta. Quisiera saber, desde tu experiencia en proyectos nacionales, ¿qué dirías que le falta al cine mexicano para tener más proyección y movimiento en carteleras?

ED – Yo creo que, principalmente, falta que la gente vaya. El cine mexicano, si te pones a pensar en la diversidad temática que tiene en términos de comedia, terror, drama, melodrama o cine independiente, es de los que mayor variedad produce. México, a nivel cine, te diría que es una potencia establecida a nivel mundial y, realmente, lo único que le falta es el apoyo. Y algo de eso viene, sí, por parte de las instituciones, pero también creo que hay una cierta responsabilidad del público. Solemos juzgar mucho el cine mexicano, aunque haya cosas muy buenas: en lo personal, yo me pongo como objetivo el ver una película mexicana todos los días y estoy fascinado de que el universo de historias, hasta ahora, parece infinito. A mí me gustaría que los mexicanos apoyaran más al cine viéndolo desde su casa, por ejemplo, sin que necesariamente llenen las salas de cine: sobre todo porque, si ni siquiera lo sintonizamos o si no sabemos cuáles son los nuevos proyectos, difícilmente vamos a romper récords de audiencia o a fomentar la publicidad de boca en boca.

AV – Cuéntame: ¿cuál sería tu top de películas mexicanas que has visto recientemente?

ED – Ahorita traigo en la cabeza dos que me han encantado: una se llama Firme Aquí, que es con Leonardo Ortizgris y Regina Blandón, dirigida por Enrique Vázquez; y la otra se llama Un Actor Malo, de Jorge Cuchi y con protagónicos de Fiona Palomo y Alfonso Dosal. Ambas me parecen obras buenísimas del cine mexicano, pero hace poco vi también La Gran Seducción, donde participa Pierre Louis, un amigo mío, y me encantó el proyecto. Otra que también terminé hace poco fue Recursos Humanos, donde, aparte de que actúa mi mejor amigo, se estableció una colaboración entre México y Argentina y el resultado es fantástico. Está muy bien actuada, muy bien fotografiada y recomiendo muchísimo que la vean.

Traje: Fher Cousin

AV – Actualmente, ¿qué proyectos tienes pendientes por presentar?

ED – Está por estrenar una serie para Disney+, que se llama Amor sin mentiras, y aunque es muy probable que cambie el título, es una serie sobre una historia relacionada con el concepto del regreso a casa y de qué tan importante es el formar una familia para algunas personas. También estoy empezando a producir y daré mis primeros pasos con un cortometraje en Colima, mi tierra natal, llamado Cáscara. Ahorita estoy enfocado en esos dos y, aunque por cantidad no lo parezca, consumen mucho de mi tiempo.

AV– ¿Cómo ha sido tu proceso creativo con este cortometraje?

ED – Primero, ha sido un grandísimo porque me parece que a Colima le falta mucho apoyo en esa industria. Falta la confianza para voltear a ver para allá y saber que también se puede hacer cine y se puede vivir de una carrera audiovisual: es muy triste que, casi todos los que nos dedicamos a la actuación, al arte, al guion o cualquier otra forma de expresión artística, tuvimos que salir de Colima para monetizarlo de manera más digna. Entonces, lo que queremos hacer en mi productora es empezar a quitarle el óxido a esa industria local y llevar a la gente y demostrar que se pueden hacer cruces en aquellas latitudes.

AV – Para terminar la entrevista, si pudieras hablar con el Erik Díaz niño, ¿qué le dirías?

ED – Le diría que no se apresure: no te tienes que comer el mundo ni te tienes que comparar con los demás todo el tiempo. Le diría que confíe en el proceso que está viviendo porque, eventualmente, llegará la felicidad y la calma que está buscando.